Foto: Reuters / Archivo Los 12 acusados enfrentan cargos por actos relacionados con el referendo del 1 de octubre de 2017  

En medio de protestas, llamados a una movilización permanente y una huelga general se desarrolló la primera jornada del juicio del “procés” en el Tribunal Supremo contra 12 líderes independentistas en la comunidad autonóma de Cataluña, en el noreste de España.

 

Decenas de integrantes de los Comités en Defensa de la República (CDR) cortaron el tráfico en avenidas del centro de Barcelona y quemaron neumáticos en la vía pública y unas 200 personas se manifestaron sentados frente a la sede de la Fiscalía Superior de Cataluña para exigir que se suspenda el juicio contra los líderes soberanistas.

 

Durante una concentración en la plaza de Cataluña, los manifestantes indicaron que “ejercer derechos fundamentales no es un delito. Organizar un referéndum no es un delito. La autodeterminación no es un delito. Votar no es un delito”.

 

Se llamó a mantener una “movilización permanente”, a una concentración en el centro de Barcelona el próximo sábado; así como a una huelga general para el próximo 21 de febrero, convocada por el sindicato Intersindical-CSC.

 

Los líderes del proceso independentista en Cataluña enfrentan posibles penas que van de los siete a los 25 años de prisión, por cargos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos.

 

Los 12 acusados enfrentan cargos por actos relacionados con el referendo del 1 de octubre de 2017, declarado ilegal, y por la fallida Declaración Unilateral de Independencia (DUI) de Cataluña, del 27 octubre del mismo año.

 

Los manifestantes han exigido también “unidad” a los partidos soberanistas , enfrentados por la negativa de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) de sumarse a La Crida per la República, liderada por el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont.

 

El principal acusado, Puigdemont, se encuentra prófugo en Bélgica, mientras que la secretaria del partido ERC, Marta Rovira, acusada de ser una de las principales estrategas del proceso, se ecuentra en Suiza.

 

Xavier Rodríguez

jhs