Todo aquel que por primera vez visita Álamos con el anhelo de recorrer sus calles y callejones, siempre solicitará el apoyo de un guía que lo lleve a conocer la emblemática vivienda ubicada en el número 41 de la calle Galeana.

Para llegar ahí existen dos formas: en auto por el camino pavimentado de Hermenegildo Galeana o caminando desde el Centro Histórico por el llano empedrado del callejón María Félix Güereña.

Incluso, si lugareños ven al turista perdido, lo van guiando. “Parece que ya no hay camino, pero sí. Pasando el tercer poste de luz hallará unas escaleras medio escondidas que bajan hasta la avenida, avanza y ahí encontrará lo que queda de la casa”, explicó Norma, quien asegura que sus bisabuelos conocieron a la Diva, cuando era niña.

María Félix vivió ahí hasta los 11 años. Sus padres decidieron emigrar de la región en busca de nuevas oportunidades de trabajo, pues se dice que el país atravesaba por una crisis económica. Llegaron a Guadalajara donde su padre, Bernardo Félix fue nombrado jefe de la Oficina Federal de Hacienda por el presidente Álvaro Obregón.

Debido a que poco se sabe acerca de las anécdotas que María de los Ángeles Félix Güereña tuvo en dicha casa, la guía de turistas Margarita Jiménez solo muestra el exterior y dice que permaneció abandonada de 1925 hasta que en 1950 el hermano mayor de la Diva del cine mexicano se la vendió a la estadunidense Lynda R. Barondes que a la muerte de la artista, en 2002, la convirtió en museo.

En 1953, la protagonista de películas como Doña Bárbara (1943) y Tizoc (1956), entre otras, viajó a Álamos para tomarse una foto justo en la fachada de la casa y misma que se publicó en la edición especial que la Revista Clío le dedicó a su trayectoria.

Cuando un periodista entrevistó a María Félix, le dijo que ella pudo haber nacido en cualquier parte, pero ella respondió: “No, tú te equivocas, yo he de haber nacido en Sonora, en mi tierra de Álamos, con mis montañas y con mi aire”.

Ese audio lo reproducen los conductores de los trenecitos o tranvías de turistas que hacen recorridos durante todo el día justo enfrente de la vivienda y por los sitios más emblemáticos de la región.

En la actualidad, la fachada de la casa de María Félix luce descolorida y con poco mantenimiento. Un árbol de bugambilia cubre sus paredes y está rodeada de plantas. En una ventana enrejada yace una maceta sin flores.

Del lado derecho, en el Callejón María Félix Güereña, la construcción que hace varios años adquirió un canadiense, luce un aspecto moderno.

En fecha reciente fue remodelada tras haber funcionado durante muchos años como el Museo María Félix y hasta hace poco como hotel que rentaba cada habitación hasta por tres mil pesos al día.

Hoy está a la venta a cargo de la empresa Alamos Realty que solo ofrece información si comprueba que se es un comprador real.

Al interior se alcanza a observar una podadora de pasto, mangueras y una bicicleta, pero nadie responde al timbre.

LEG