Ahora que al Gobierno federal le ha dado por “destapar’’ a ex funcionarios que trabajan para empresas del sector que regularon, los ojos están puestos en el sector de las telecomunicaciones.

Como sabe, este sector es el que mayor crecimiento ha tenido en los últimos años en nuestro país.

Pues bien, la primera en la mira es la subsecretaria de Comunicaciones en los tiempos de Gerardo Ruiz Esparza, Mónica Aspe Bernal, que pasó de la SCT a ser embajadora ante la OCDE por un plazo de año y medio hasta el final del sexenio peñista.

Aspe fue coordinadora, a partir de 2011, del programa denominado Sociedad de la Información y el Conocimiento.

El 28 de abril de 2015 fue nombrada subsecretaria de Comunicaciones, cargo que desempeñó hasta junio de 2017, cuando fue designada embajadora de México ante la OCDE.

El 5 de diciembre del año pasado, cinco días apenas de haber terminado su encargo en Gobierno, fue contratada por AT&T México como vicepresidenta de Asuntos Internos, encargada de las relaciones “gubernamentales e institucionales’’ de filial en el país.

Desde que se dio su nombramiento, el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, que encabeza Francisco Hernández Juárez, cuestionó la contratación con el argumento de que la ex funcionaria tenía información privilegiada que atentaría contra la libre competencia.

Nadie había vuelto a hablar del caso hasta ayer que López Obrador y Manuel Bartlett se le fueron a la yugular a los ex funcionarios de la CFE que trabajan o trabajaron para empresas del sector que regularon.

Y quizá porque ya sabe que no ha dejado de estar en la mira, Aspe Bernal publicó ayer un tuit en el que señala: “Trabajar en el sector público y después en el privado es lo que hacen los funcionarios honestos en cualquier parte del mundo. ¿O de qué viviría quien sale del Gobierno?
“¿Vergüenza? Trabajar en el Gobierno y después ya no necesitar trabajo’’.

Como sea, ahora las baterías amloístas se van enfocando al sector de las telecomunicaciones.

Para bien o para peor.
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Por cierto, a propósito del sector de las telecomunicaciones, en breve el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) deberá resolver sobre la decisión de dividir a Telmex en dos empresas: una que atienda a los grandes mayoristas consumidores de datos y otra a los minoristas.

Como sabe, esta resolución tiene casi dos años, pero no se ha concretado porque la empresa tiene cinco amparos, al igual que el sindicato que además presentó un emplazamiento a huelga por violaciones al contrato colectivo de trabajo.

Y tan sólo por ese emplazamiento no se podría concretar la división de la empresa.

El sindicato presentó el emplazamiento porque la resolución del Ifetel no sólo obligaba a la división de la empresa, sino de la organización sindical, a lo que no está dispuesto.

Como sea, el pleno del Ifetel tiene poco más de un mes para decidir qué hacer con su propia resolución ante la imposibilidad jurídica de que concrete.
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No se hagan bolas.

La Confederación que presentará Napoleón Gómez Urrutia no contará con la participación del otro senador de Morena, Pedro Haces, porque éste ya tiene su propia organización.

 

Se trata de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), conformada igualmente por escisiones de las otras centrales grandotas.

Y dicen que entre la de Napoleón y la de Haces, hay una enooorme diferencia… en todos sentidos.