Debemos revisar la frontera entre el derecho y la apariencia de “la transa”.

Ésta es parte de una de esas historias.

Beatriz Sánchez Navarro Redo, ex accionista e hija de Juan Sánchez Navarro Peón -quien fuera director general de Grupo Modelo-, estaba satisfecha porque había conseguido que el ministro de la Suprema Corte, Eduardo Medina Mora, presentara un proyecto para una multimillonaria devolución de impuestos.

Era a favor de un grupo de “ex accionistas” del cual ella forma parte. El proyecto avanzado en enero de este 2019 colapsó en una semana. No encontró respaldo del resto de los ministros. Y la presencia del Poder Ejecutivo se hizo sentir.

Sánchez Navarro es situado como uno de los hombres más inteligentes y hábiles en la estructuración de la ideología y la práctica del empresariado mexicano de las élites industriales durante dos tercios del siglo pasado y en el curso del presente.

Eduardo Medina Mora, el ministro de la Corte que defendió el proyecto de Sánchez Navarro Redo, fue director del Cisen y secretario de Seguridad Pública Federal durante la gestión de Vicente Fox.

Muchos de los organismos no gubernamentales y algunos intelectuales y editores muy notables y notorios que promueven virtudes cívicas, además respaldados financieramente todavía hoy por los ex socios y amigos sobrevivientes del ex fundador del PAN, del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y del Consejo Coordinador Empresarial, están conectados con la visión del mundo de Sánchez Navarro.

A todos ellos irritó la asociación gubernamental entre corrupción y abuso que desde la Presidencia de la República se arrojó contra el aparente vínculo entre Grupo Modelo y un segmento del Poder Judicial.

El nombre de la hija del patriarca empresarial y panista fue recordado por los periodistas luego de que en dos ocasiones, la semana pasada y este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador pasó de la acusación de abusos reales o supuestos de empresas que buscan apoyarse en actores judiciales, a la reiteración de que dirá lo que piensa, aunque haya a quienes no les guste.

Como se recordará, en 2013, la empresa Modelo fue vendida a capital extranjero por más de 20 mil 100 millones de dólares, de los cuales los accionistas tuvieron que pagar impuestos sobre la renta que intentaron recuperar.

La empresa ha asegurado que han sido “ex accionistas” los que buscaban recuperar impuestos y se desmarcó de la responsabilidad de promover la acción fiscal contra el Estado Mexicano.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en su determinación de señalar corruptelas donde se encuentren, incluidas las que hubieran podido presentarse en el accionar de magistrados y jueces que solían supeditar su acción en temas fiscales claramente, en su argumento, a la presión de poderosos intereses económicos.

“Nada de que me voy a quedar callado; una cosa es el respeto a otro Poder y otra cosa es que sabiendo que hubo una transa, me quede yo callado, porque no voy a ser cómplice. El pueblo se cansa de tanta pinche transa, para que quede claro”, dijo este lunes el Presidente.

¿Es “la transa” la frontera debatible entre derecho y privilegio?

@guerrerochipres