Foto: Reuters / Archivo La mayoría de migrantes y refugiados han ingresado de manera ilegal a Grecia e Italia, para seguir su camino hacia el centro y norte de Europa  

La crisis migratoria y humanitaria en Europa disminuyó en 2018, pero vio peregrinar a más de 138 mil personas, dejó conflictos entre naciones y sociedades divididas entre la solidaridad y la xenofobia.

 

 

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) mostró que el número de migrantes y refugiados que llegó a Europa en 2018 disminuyó un 86.32 % respecto a 2015, año en que se agudizó la también llamada “crisis migratoria en el Mediterráneo”.

 

 

Según ACNUR, unos 138 mil 882 refugiados y migrantes llegaron a Europa en 2018 arriesgando sus vidas.

 

 

De ellos, 20 mil 120 arribaron por el Mediterráneo a Italia; otros 35 mil a España y unos 20 mil 760 a Grecia, de acuerdo con cifras de la misma agencia disponibles a septiembre pasado.

 

 

En 2014 llegaron a Europa 216 mil 54 inmigrantes y refugiados, pero en 2015 la cifra se disparó a un millón 15 mil 78 personas que huían de conflictos armados, persecuciones, pobreza y tráfico de humanos, un periodo que conformó una de las mayores crisis migratorias y humanitarias en el viejo continente.

 

 

Del total de migrantes registrados en 2015, más de 800 mil fueron traficados por mar desde Turquía a Grecia, y la mayoría de ellos siguió viajando por Europa para llegar a Alemania y Suecia, detalló el organismo.

 

 

Luego de esta emergencia las cifras comenzaron a disminuir en 2016 fueron 362 mil 753; en 2017 llegaron 172 mil 301; y en 2018 arribaron a Europa 138 mil 882 migrantes y refugiados, de acuerdo con cifras de la agencia de Naciones Unidas.

 

 

Pero no todos lograron sobrevivir, siempre con cifras del ACNUR, en 2014 murieron tres mil 538 migrantes en su travesía hacia Europa; en 2015 fallecieron tres mil 771; en 2016 unos cinco mil 96; en 2017 perdieron la vida tres mil 139 migrantes y en 2018 fueron dos mil 275. La mayoría en naufragios en el Mediterráneo.

 

 

La agencia identificó como los países de origen de los migrantes a Siria, Afganistán, Myanmar, Sudán del Sur, Somalia, Eritea, Nigeria, Albania, Paquistán, Irán, Gambia, Egipto, Marruecos, India, Nepal, Bután, Sri Lanka y Bangladés, entre otros.

 

 

La mayoría de migrantes y refugiados han ingresado de manera ilegal a Grecia e Italia, para seguir su camino hacia el centro y norte de Europa.

 

 

Debido a los más de un millón 689 mil migrantes y refugiados contabilizados en Europa de 2015 a 2018, la Unión Europea (UE) implementó medidas para proteger sus territorios.

 

 

Una de ellas es la norma Dublín, que obliga a los migrantes a quedarse en el país al que llegan primero, lo que provocó una mayor concentración de refugiados y migrantes en Italia y Grecia, ésta última se vio desbordada en 2015.

 

 

Otro fue el acuerdo migratorio entre la UE y Turquía, de marzo de 2016, que entre sus principales medidas estableció la devolución a Ankara de las personas migrantes en situación irregular, así como de los solicitantes de asilo cuyo pedido de protección sea declarado inadmisible previa detención en centros de refugio.

 

 

También implantó que por cada persona con nacionalidad siria que sea devuelta a Turquía, bajo la presunción de ser un país seguro, una persona solicitante de asilo en territorio turco procedente de Siria será reasentada en Europa.

 

 

La reciente caída en el número de migrantes que intentan llegar a Italia también se debe a un acuerdo entre este país y Libia, así como la instauración de un gobierno populista que tiene una postura de línea dura contra la inmigración.

 

 

En fecha reciente se dio una fuerte confrontación al interior del gobierno italiano, luego que el populista Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga cuestionaron la decisión de aceptar una decena de migrantes de los 49 que Malta autorizó desembarcar en sus costas tras varias semanas varados.

 

 

El rechazo de los gobiernos a recibir a los migrantes que naufragan en el Mediterráneo llevó a varias organizaciones no gubernamentales a rescatarlos, darles asistencia humanitaria y a negociar para que puedan desembarcar en algún puerto europeo.

 

 

Mientras que en varias naciones se han registrado actos xenófobos contra refugiados y migrantes, en otros la sociedad ha mostrado su solidaridad con ellos y ha conformado asociaciones de ayuda y lanzado campañas como “Mediterráneo” y “Casa nostra-casa vostra”.

 

 

Esta última se organizó luego que en febrero de 2017 más de 500 mil personas salieron a las calles en Barcelona, España, en una de las manifestaciones más grandes de Europa a favor de los derechos de los migrantes y refugiados.

 

 

En enero de este año, ACNUR lanzó la campaña “Dos mil millones de kilómetros a la seguridad” en la que realizó un llamado mundial para cubrir los dos mil millones de kilómetros de distancia que recorren cada año los refugiados.

 

 

 

 

jhs