Carlos Salinas de Gortari terminó su sexenio en este municipio. Un día antes de entregar la banda presidencial a Ernesto Zedillo, decenas de personas corrían tras él, aplaudiéndole, mientras miles lo despedían con porras y pancartas.

A su lado, su hija sonreía. Se veía orgullosa de su padre, el Presidente que terminaba su gestión ese 30 de noviembre de 1994.

La creación de Valle de Chalco fue una especie de regalo, por eso le pusieron como apellido el nombre de su principal programa de Gobierno: Solidaridad.

Para conformar a Valle de Chalco Solidaridad se tomó territorio de los municipios de Chalco e Ixtapaluca, en el Estado de México, y Tláhuac del entonces Distrito Federal.

Como Ciudad Nezahualcóyotl, en su momento, en medio de los lodazales y terreno salitroso, decenas de casuchas comenzaron a darle forma. Salinas, el máximo impulsor del neoliberalismo en México, decidió “adoptarlo”… y fue a dormir ahí, en una casucha.

La urbanización del territorio fue notable: se introdujo drenaje, agua, pavimento, transporte, escuelas y mercados. Pero la necesidad era tan grande, que nada era suficiente. Aunque lo invertido sí sirvió para crear un escenario que despidió a Salinas en medio de porras, acompañado por el entonces gobernador, Emilio Chuayffet Chemor.

Valle de Chalco se convirtió en uno de los símbolos del gobierno de Carlos Salinas, pero al paso del tiempo fue olvidado y disputado por los caciques locales que sólo cambian de color, pero no de nombre ni de proceder. Y la inversión se redujo, el pavimento se deterioró en algunas zonas, el agua nunca llegó a otras y la delincuencia comenzó a incrementarse…

Ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador, el primer mandatario mexicano antineoliberal, impulsor de lo que un día llamó “la República Amorosa” y creador de la frase “Abrazos, no balazos”, llegó hasta el corazón de Valle de Chalco y ahí anunció el inicio del programa de apoyo a los adultos mayores y presentó la Cartilla Moral.

“Porque tenemos que fortalecer los valores culturales, morales, espirituales. No sólo lograr el bienestar material, sino también el bienestar del alma”, expresó en su discurso.

En la lucha política también los símbolos cuentan. Este municipio-símbolo del salinismo no había sido tocado por ningún otro Presidente. Ahora, López Obrador, uno de los mandatarios mexicanos con más poder, toma la plaza que hace casi 25 años tomó su principal adversario político, quien también fue un Presidente con mucho poder político, y lanza uno de sus principales programas.

Son tiempos de cambio. De relevos.

#¿LoboEstásAhí?

Cuando Ernesto Zedillo llegó al poder no sólo encarceló a Raúl Salinas de Gortari. También desmanteló el exitoso programa de Solidaridad debido al peso social que tenía y a lo riesgoso de mantener vivo el símbolo y estructura de un Presidente tan poderoso.

Ayer, de forma discreta, el Presidente que impulsa una Constitución Moral, expuso algunos de esos principios y dio el banderazo al programa que lo caracterizó en la Ciudad de México, el de la ayuda económica a los adultos mayores. Ahora, en aquel lugar, el vitoreado fue López Obrador.