En Argentina, se legalizó una iniciativa que permite que los perros callejeros sean sacrificados para que dejen de causar destrozos en la calle.

 

La iniciativa comenzó en el municipio Puerto Deseado, en Santa Cruz, bajo el concepto de método de control poblacional canino, al no contar con la capacidad necesaria en los refugios para perros.

 

De acuerdo con las autoridades, la elevada tasa de animales en situación de calle es consecuencia de la falta de una campaña de esterialización masiva.

 

El presidente del Concejo Deliberante de dicho municipio, Juan Raúl Martínez, aseguró que esta problemática se ha vuelto crítica, ya que la presencia de los animales en las calles conlleva a situaciones de riesgo para la población ya que fomenta el contagio de enfermedades.

Tras esta declaración se llegó a la conclusión que la mejor solución para controlar la sobrepoblación es sacrificar a los canes.

Las principales razones que se propusieron para impulsar la iniciativa destaca que los perros impiden la libre circulación de las vías y generan contaminación ambiental, al romper las bolsas de basura en búsqueda de alimento.

dpc