Foto: Cuartoscuro/ Archivo Los migrantes solicitan ropa adecuada para soportar el frío  

Irineo Mújica Arzate, activista de Pueblos sin frontera, informó que la siguiente caravana saldría de la Ciudad de México entre mañana o el viernes, según lo permitan las condiciones climáticas, ya que argumentó que no expondrán a los niños y mujeres que participan en su marcha hacia Estados Unidos.

 

En entrevista declaró que hay alrededor de dos mil 400 migrantes en el estadio “Jesús Martínez Palillo”, sobre todo hondureños y salvadoreños, y están dialogando para definir si parten juntos o cada quien se va por su lado.

 

Mencionó que ayer fueron llevados algunos menores y adultos centroamericanos a un hospital para recibir atención médica, pero por fortuna nada de mayores consecuencias.

 

Lo que urge en este momento, subrayó, es que nos donen ropa adecuada para soportar el frío y la lluvia, “que están brutales” para la mayoría que apenas trae un suéter o sudadera.

 

Planteó que seguirán su ruta planeada para llegar a Querétaro y después a Guadalajara, ruta que eligieron porque es más segura.

 

En entrevistas por separado, migrantes expresan a Notimex sus sueños y expectativas, algunos mantienen firme alcanzar “el sueño americano”, mientras que hay quienes están analizando quedarse en la Ciudad de México si les dan posibilidades de empleo, pero también hay quienes quieren regresarse a su país de origen.

 

Alberto de Jesús, originario de El Salvador, apenas con una ligera sudadera para cubrirse del frío, recordó que partió de su país desde el pasado 28 de octubre y mantiene firme su decisión de llegar a la Unión Americana, “ese es mi sueño, lo que siempre he querido y espero en Dios que se cumpla”.

 

No está muy seguro de que su vida mejore allá en Estados Unidos, pero no tiene ninguna duda de que va a estar mejor que en El Salvador, donde hay mucha violencia, inseguridad, desempleo y pobreza.

 

Alberto espera estabilizarse junto con su esposa en Estados Unidos y en la medida de lo posible enviarle dinero a su mamá y sus hermanos que se quedaron en El Salvador.

 

De oficio albañil, Alberto de Jesús descarta sentir temor por las amenazas de que no los dejarán pasar al otro lado de la frontera norte, porque la mayoría de los migrantes es gente buena que lo único que quiere es trabajar y mejorar sus condiciones de vida, destaca.

 

Keli Galeana, viene con sus dos hijos, Gaby de 10 años y Erik de 16 años, dice que hasta ahora se les ha dado un buen trato, servicio médico, ropa para cubrirse del frío intenso, comida caliente y un techo, lo que es una bendición para los migrantes.

 

También salvadoreña, lleva casi un mes con la caravana, desde la primera que salió de Honduras, y comenta que ha sido muy difícil, por lo que ya contempla la posibilidad de quedarse en la Ciudad de México, porque no quiere seguir exponiendo a sus hijos.

 

“Nos han dado explicaciones sobre la posibilidad de recibir asilo aquí y nos han hecho saber sobre nuestros derechos y deberes”, señaló. Lo más importante, dice, es que se sienten apoyados para tomar la mejor decisión para ella y sus hijos.

 

Gaby dice que las los han tratado bien y que ella no quiso quedarse con su abuela en El Salvador, porque tenía miedo y por eso decidieron que pasara lo que pasara, iban a estar juntos.

 

De Honduras y acompañado por su esposa que tiembla de frío, Alejandro es enfático al señalar que si estuvieran mejor en su país, ellos no estarían aquí por gusto, por supuesto que no, sino “porque allá no hay trabajo ni oportunidades para mejorar nuestras condiciones de vida”.

 

Menciona que “el sueño americano” es lo que los trajo hasta aquí, pero ya están viendo que es algo iluso y por eso están pensando en regresarse a su país, aunque no descartan irse a Cancún, donde vieron posibilidades de encontrar trabajo.

 

Alejandro finalizó que es chofer de camiones pesados y con mucha experiencia, así que cree en la posibilidad en poder ocuparse allá y quitarse de “sueños guajiros” que no te conducen a ninguna parte.

aacg