Pese a las advertencias de autoridades de Guatemala, México y EU, así como la detención de uno de sus líderes, la caravana de migrantes hondureños que buscan el sueño americano continuaron su recorrido.

El grupo de alrededor de dos mil personas sin documentos, entre ello menores de edad y embarazadas, que salió el sábado pasado de Honduras siguió ayer su travesía por Guatemala entre la amenaza de Washington de retirar “de inmediato” la ayuda económica a Honduras.

El Ejército de Guatemala puso a disposición de los migrantes tres camiones para que voluntariamente regresaran a la frontera con Honduras y muchos decidieron volver ante la incertidumbre, aunque la mayoría continuó.

Mientras, autoridades hondureñas, guatemaltecas, salvadoreñas y mexicanas se han movilizado con la idea de hacer desistir a los migrantes de su idea de llegar a EU de manera ilegal por el riesgo que representa, principalmente para muchos niños, mujeres y adultos, algunos con impedimentos físicos.

El ex diputado Bartolo Fuentes fue detenido en Guatemala cuando acompañaba la caravana por haber ingresado de forma irregular o ilegal a territorio guatemalteco”, informó ayer el portavoz de la Policía Nacional de Honduras, Jair Meza.

Estados Unidos informó que el vicepresidente de ese país, Mike Pence, habló por teléfono con el mandatario de Guatemala, Jimmy Morales, y le exigió que “coopere” para controlar los flujos migratorios, uno de los graves problemas que sufre el Triángulo Norte de Centroamérica desde hace varios años.

Morales anunció ayer mismo que están tratando de convencer a los migrantes hondureños de que deben quedarse a construir su país.

En tanto, las autoridades de México, através del Instituto Nacional de Migración (INM), advirtieron que los migrantes no podrán entrar al territorio de manera ilegal, lo que supone que la caravana estaría viendo frustrado su objetivo de llegar a Estados Unidos, donde tampoco permitirán que entren.

“El INM reitera a los integrantes de la “Caminata Migrante” que partió de San Pedro Sula, Honduras, el pasado 13 de octubre de 2018, que de arribar a los puntos de interacción de la frontera sur de México, el personal de migración deberá revisar el cumplimiento de los requisitos que marca la ley, y a quienes no los cumplan, no se les permitirá el ingreso”, se lee en un comunicado emitido el lunes pasado.

A esta advertencia se sumó la amenaza del mandatario de EU, Donald Trump, de retirar “de inmediato” los fondos de ayuda que su país proporciona a Honduras si la caravana hondureña no se detiene antes de llegar a territorio estadounidense.

“¡EE.UU. ha informado firmemente al presidente de Honduras (Juan Orlando Hernández) que si la gran Caravana de personas que se dirige a EE.UU. no se detiene y regresa a Honduras, no se dará más dinero ni ayuda a Honduras, con efecto inmediato!”, advirtió este martes Trump.

El presidente hondureño, quien ayer regresó de un viaje a Colombia que comenzó el domingo, no respondió a la amenaza de Trump, mientras sectores como la empresa privada y analistas locales consideraron que esta caravana de migrantes, que pretende llegar a EU aduciendo falta de seguridad y desempleo, merece una “reflexión”.

Al margen de quién promueva la caravana, la clase política es la responsable de la inmigración, la pobreza, la corrupción y impunidad en el país, indicó el analista Omar Andrés García.

Amnistía Internacional señaló ayer que la caravana de hondureños que tiene como objetivo llegar a EU a través de México no es un amenaza para seguridad del país y reivindicó que los migrantes merecen “dignidad y respeto”.

Por lo pronto, la caravana tenía previsto pasar la noche en la ciudad de Chiquimula, a 180 kilómetros de la capital guatemalteca, donde unas monjas les habilitaron un gimnasio.

Llegar desde Chiquimula hasta la frontera de Guatemala con México les puede tomar a los migrantes cerca de un semana y media.

LEG