Foto: Cuartoscuro Acido, el método usado por el Cártel Jalisco Nueva Generación  

Grupos criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) pagan alrededor de tres mil 500 pesos por deshacer un cuerpo, como fue el caso de los tres estudiantes de cine desaparecidos y presuntamente disueltos en acido el 19 de marzo pasado, en Tonalá, Jalisco.

“Esa cantidad es mínima y por eso la desresponsabilización (sic) moral, porque es una chambita no tienen la dimensión de lo que está pasando a nivel humano; ellos cobran tres mil 500 pesos por cuerpo y hay nuevos ácidos para disolver cadáveres”, manifestó el investigador Raúl Villamil Uriarte, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Xochimilco, quien realiza un trabajo titulado Cadáveres líquidos.

Abundó que esa cantidad se multiplica para los criminales, ya que efectúan varios trabajos similares durante la semana, “con los tres mil 500 pesos que saquen a la semana, más otras cosas que les encarguen, ¿quién gana de los 15 a los 20 años entre siete y 14 mil pesos mensuales? Entonces para ellos es una buena cantidad”.

Villamil calificó como increíble que los estudiantes que estaban haciendo una tarea cinematográfica sobre un filme de miedo, acabaran participando en una “película” de terror, lo que demuestra que la violencia extrema en el país es más terrible de lo que se puede imaginar.

El doctor en antropología y psicólogo social, quien también hizo un estudio del Ponchis, el niño sicario (de 14 años) que operaba en Morelos, abundó que las personas que se dedican en matar y disolver cuerpos en ácido sulfúrico tienen un desequilibrio mental.

Indicó que para muchos especialistas es parte de la conducta delincuencial, pero para ciertas áreas del psicoanálisis y de la psiquiatría se considera que se necesita tener una perturbación mental para cometer estos eventos.

“Dentro de la jerga criminológica o psiquiátrica son sociópatas, personas que carecen del sentimiento de culpa, pero nos hemos dado cuenta que más de carecer de culpa, lo que pasa es que la envían a otro lugar para poder desresponsabilizar (sic) su conducta y poder ver a los cuerpos como mercancías que tienen que desaparecer y no relacionarse con estos cadáveres efectivamente, de lo contrario no lo podrían hacer”, expresó el también académico.

Comentó que esta acción se debe a una crisis generalizada de psicosis social, “donde definitivamente muchos grupos puede cometer ese tipo de actos, estamos hablando de un desequilibrio social a nivel psicológico”.

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