Ya estamos a unas horas de llevarse a cabo los comicios que definirán el rumbo de México para los siguientes años. Esperamos un voto histórico.

El tipo de cambio se ha venido estabilizando con niveles bajos en $19.70 después del movimiento de alza casi continuo desde mediados de abril y hasta el 6 de junio cerca de los $21.00. Así, es muy probable que se ubique dentro de un rango de $19.50 a $20.20 al cierre de junio para estar listo a un probable movimiento de mayor volatilidad la próxima semana.

El movimiento viene afectado en buena medida por la fortaleza del dólar ante la canasta de divisas, en donde desde mediados de abril ha reaccionado al alza 6.7% en un momento en donde la “divergencia de políticas monetarias” entre las grandes economías respaldan este movimiento.

Mientras la economía americana registre crecimientos económicos anuales de 2% o más, la tasa de interés subirá gradualmente cada cierre trimestral, con lo que en 2018 podría concluir en 2.5%, pero también habrá un incremento en el nivel de la deuda pública y en la relación deuda /PIB derivada de la reducción de impuestos y el nivel del gasto gubernamental. Lo que vemos como un elemento para incorporar a nuestro análisis es el efecto negativo en un futuro próximo hacia la economía del proteccionismo comercial, generado por la administración del presidente Trump.

En cuanto al mercado accionario mexicano, después de un mes de mayo pésimo, en junio, el mercado logró recuperar terreno perdido en alrededor 5.0% y aun así, en el año acumula una baja del orden de 4.7% a un día del cierre de mes.

Vendrán los reportes trimestrales al cierre del segundo trimestre de 2018, cuando es probable ver crecimientos promedio del orden de 10% en ventas, un flujo operativo incrementándose alrededor de 15% y una utilidad neta en donde el movimiento del tipo de cambio pudiera tener un efecto negativo. En el trimestre, el peso mexicano registra una pérdida de 10% aproximadamente, aunque el promedio trimestral rondará 4.5% de depreciación.

Estos resultados se ubican dentro de un entorno en donde la economía mexicana mantiene un ritmo de crecimiento entre 2.0 y 2.2% anual por el momento. Comparativamente con el mismo trimestre del año pasado mostraría cierta desaceleración, pero será mejor en ventas y flujo operativo vs. el primer trimestre del año.

Ante ello, el mercado alcanzó registros mínimos en 44 mil 650 puntos para rebotar al alza y concluir en los 47 mil 31 puntos a un día del cierre de junio. Es probable que la volatilidad se incremente una vez concluido el proceso electoral. En caso de una baja, vemos que de nueva cuenta los niveles de 44 mil 650 puntos se vuelven atractivos para acumular posiciones con valuaciones más llamativas.

Consideramos que en caso de presentarse una mayor volatilidad en el corto plazo, no hay que perder de vista que en el mediano plazo, podríamos observar un movimiento de mayor estabilidad y recuperación. Por ello, cualquier ajuste negativo en ellos se puede y debe aprovechar dentro de los portafolios de inversión.

El Banxico estará más activo en caso de un movimiento negativo contra el peso mexicano teniendo algunas herramientas de uso inmediato como aumentar el Programa de Coberturas Cambiarias, seguir ajustando la tasa de interés en su caso, intervenciones directas o nuevas herramientas que considere. Lo que no podemos dejar a un lado será el desarrollo del TLCAN, que es parte de la estructura de nuestra economía.