FOTO: EFE A la deriva. El barco Aquarius  zarpó hacia España escoltado por dos naves de la Marina italiana con las que se repartió 630 inmigrantes.  

Italia no puede aceptar lecciones “hipócritas” de países que en temas de inmigración siempre voltean hacia otro lado, dijo el primer ministro, Giuseppe Conte, luego que París acusó a Roma de “cinismo”, ante su rechazo a que atracara en sus puertos el barco Aquarius con los migrantes.

“Las declaraciones sobre el caso Aquarius que llegan de Francia son sorprendentes y muestran una grave falta de información”, declaró Conte.

Italia “no puede aceptar lecciones hipócritas de países que en temas de inmigración han siempre preferido voltear la cabeza hacia otra parte”, enfatizó.

El primer ministro italiano dijo que Roma recibió un gesto de solidaridad de España, que aceptó acoger a los inmigrantes del Aquarius, pero que esa misma actitud no llegó de Francia, que más bien “ha adoptado medidas más rígidas y cínicas en materia de acogida”.

El presidente francés Emmanuel Macron acusó ayer al nuevo gobierno italiano de “cinismo” e “irresponsabilidad” por cerrar sus puertos al Aquarius.

El barco con 630 inmigrantes salvados el pasado fin de semana en el Mediterráneo, según un nuevo recuento, ha necesitado a dos barcos de la Marina para aligerar la ocupación ante su marcha a la ciudad española de Valencia (este), después de que Malta e Italia negaran el atraque.

Así, al puerto valenciano llegarán tres embarcaciones: la Aquarius, con 106 inmigrantes -51 mujeres, 45 hombres y 10 niños-, y el resto lo harán repartidos en la nave Orione de la Marina italiana y en la Dattilo de los guardacostas.

 

 

JNO