Una muestra de la fatiga que millones de mexicanos muestran con el actual sistema es lo que acaba de decir el candidato José Antonio: “El desencanto y enojo de la gente no es nada más hacia el PRI o el presidente Peña Nieto; es hacia los gobiernos y los partidos”.

Los partidos políticos, cuya principal fuente de ingresos es dinero público y siempre buscan blindar su sustento a cargo de los contribuyentes.

Y los candidatos que encarnan la perfección del hartazgo.

La duda sobre futuros cambios y de una imagen sin fisuras quedó despejada.

Si el plan de algunos candidatos era comenzar negociaciones para no dividirse, y parecía que había funcionado, tuvo alas, finalmente no habrá oposición unida.

Así las cosas, todo parece indicar que el encuentro final será entre dos.

Sólo dos candidatos han logrado la relevancia para obtener la victoria.

Otros hacen todo lo posible para deslucir una victoria alegando el desinterés de varios ante unas elecciones que para muchos ya está definida. Cada día que pasa les marca que queda menos tiempo y que el hartazgo crece.

Las campañas están impregnadas de desconfianza; lo peor es que existe desconfianza en la limpieza de las elecciones.

La duda, para los candidatos, sigue siendo ¿para quién será el apoyo de los que votan por primera vez.?

¿En este momento los candidatos pueden estar seguros de que el proyecto que proponen es el que necesita México? ¿Con este proyecto recobrarán la confianza de la ciudadanía?

Si somos un país grande y fuerte, necesitamos un Presidente que piense en grande y sea fuerte.

El 2 de julio la pregunta será: ¿elegí el menor de los males?

Milonga: el 17 de noviembre del año pasado escribí en este espacio: “Para disipar cualquier duda, el actor argentino Julián Gil exigió prueba de ADN al menor Matías, hijo que tuvo con la actriz Marjorie de Sousa. El juez falló en favor del actor pese a las negativas…”, y antes de cerrar la Milonga puse: “Este asunto puede pasar de lo artístico a lo político”. Después de seis meses le informo que crece el escándalo en el que está metido un candidato, a quien se le vincula con la actriz venezolana; curioso, los dos güeritos.

En el ambiente artístico se preguntan ¿con qué juez moverá sus influencias este candidato para ayudar a la actriz a obtener la custodia de su hijo? Este asunto puede afectar seriamente a este aspirante cuando estamos por entrar en la recta final rumbo a la Presidencia de la República.