Funcionarios de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) prometieron que el caso de Rosa María Hernández, la niña mexicana indocumentada con parálisis cerebral detenida la víspera tras salir de un hospital en Corpus Christi, Texas, será sometido a un proceso expedito.

 

“Un proceso expedito podría significar una detención de hasta dos semanas” para que se resuelva, dijo a Notimex Leticia González, la abogada que atiende el caso de la menor en coordinación con el consulado de México en San Antonio. “Eso es para ellos (ICE), un proceso expedito”, indicó.

 

La niña de 10 años, quien ha vivido sin documentos con su familia en Laredo, Texas, desde los tres meses de edad, estaba siendo trasladada a un hospital en Corpus Christi la madrugada del martes cuando fue detectada por agentes de la Patrulla Fronteriza en un punto de inspección sobre la carretera 59, cerca de la comunidad de Feer, Texas.

 

Aunque los agentes autorizaron que la menor continuara hacia Corpus Christi, fue seguida por un par de elementos de la Patrulla Fronteriza en un vehículo de la corporación.

 

Hernández fue intervenida el martes en el Hospital Infantil Driscoll de Corpus Christi para extraerle la vesícula biliar, mientras los agentes fronterizos mantenían una vigilancia constante en el lugar.

 

La niña fue dada de alta el mediodía del miércoles y los agentes de la Patrulla Fronteriza asumieron la custodia de la menor y la trasladaron detenida al Baptist Children Home, un albergue en San Antonio, Texas, para huérfanos y menores indocumentados no acompañados.

 

“Todo esto ha sido para ella una experiencia aterradora”, dijo González. La menor solo ha podido ser acompañada por una prima hermana adulta, que es ciudadana estadunidense.

 

Los padres de la niña, por su condición de indocumentados, no pueden viajar de Laredo a San Antonio, para acompañarla, explicó González.

 

La abogada dijo que Rosa María debió ser entregada a alguno de los familiares que residen legalmente en Estados Unidos, como su prima hermana que es ciudadana o su abuelo que es residente legal.

 

La niña requiere de cuidados especiales, afirmó González. Los médicos que la atendieron en Corpus Christi emitieron una serie de recomendaciones para su atención, indicó.

 

La negativa de entregarla a sus familiares obligará a la menor a permanecer en el albergue hasta que se defina su situación, por un juez de inmigración o alguien con autoridad que intervenga, explicó.

 

“Funcionarios de ICE prometieron un proceso expedito, pero aun así eso podría significar mucho tiempo”, señaló.

 

La detención de la menor motivó pequeñas manifestaciones la tarde del miércoles en Corpus Christi y en San Antonio, para exigir la liberación de Rosa María.

 

Priscila Martínez, de la Coalición de Inmigración de Texas, que aboga en nombre de la menor y su familia, dijo que el caso de Rosa María ha sido totalmente inusual, al haberle dedicado la Patrulla Fronteriza tanto tiempo y recursos para seguirla, como si se tratara de un criminal de alta peligrosidad.

 

“La forma como la han tratado no corresponde a como debe ser tratada una niña de 10 años con parálisis cerebral”, señaló.

 

Martínez trabajó el miércoles llamando a congresistas federales para que intervengan a favor de la menor.

 

El representante (diputado) federal demócrata Henry Cuéllar, quien representa al área de Laredo, emitió un comunicado el miércoles pidiendo que la niña sea devuelta a su familia.

 

“Entiendo que C.B.P. tiene un tremendo deber de proteger a nuestra nación”, dijo Cuéllar, al referirse a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. “Pero deberíamos dedicar nuestros recursos y centrarnos en amenazas más grandes”, puntualizó.

 

aarl