¿Alguien de la Secretaría de Hacienda le ha echado un ojo a la forma en la que se ejercen los recursos públicos en Veracruz? ¿No? Pues se están tardando.

 

Son ya muchas las voces que denuncian, entre ellas las del senador priista Héctor Yunes, que el actual gobernador se ha pasado al Congreso local por el arco del Triunfo y se dedica a “administrar’’ –es un decir, desde luego- los recursos públicos de manera unipersonal.

 

Apenas el 21 de marzo pasado, la Secretaría de Hacienda autorizó al Gobierno veracruzano la renegociación de su deuda que, hasta ese momento, sumaba 41 mil 501 millones 725 mil dos pesos, así como otros cuatro mil 52 millones 312 mil 182 pesos de obligaciones contractuales que tiene el estado en bonos a plazos de 20 años.

 

Igualmente se emitió un decreto que establece el Programa de Reducción del Gasto para el Rescate Financiero del Estado de Veracruz 2016-2018 y otro para la Implementación y Operación del Sistema de Administración Financiera del Estado de Veracruz.

 

Es decir, Yunes ha recibido todo el apoyo del Gobierno federal para comenzar el saneamiento de las finanzas estatales.

 

Pero esto no ha ocurrido.

 

No se conoce cuáles son las metas alcanzadas ya por el Plan Veracruzano de Desarrollo (PVD), que, por cierto, ni siquiera es vinculante, es decir, no es obligatorio, ni hay una información detallada del gasto asignado a obras.

 

Como en su momento denunció el diputado local del PRD, Sergio Rodríguez, presidente de la Comisión de Hacienda, lo único que hay es información simple del gasto, pero no hay información presentada de acuerdo a la ley o al propio PVD.

 

Rodríguez fue removido de la presidencia de la Comisión por denunciar la falta de información y exigirla.

 

Son muchas las señales que advierten del agravamiento de la catástrofe financiera en VeracruzYunes recibe 23% más de participaciones federales de las que recibió Duarte en su momento- que deben ser atendidas pronto.

 

No vaya a ser que el año próximo haya una nueva versión del caso que todos conocemos.

 

 

Como le advertimos la semana pasada, la PGR no iba a permitir que en la audiencia donde se vincularía a proceso a Javier Duarte de Ochoa sirviera para poner en duda la intención de encarcelar al ex gobernador de Veracruz.

 

La PGR mandó la artillería pesada –aun cuando se reservó algunas pruebas– para convencer al juez del caso de que el ex priista es responsable de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

 

Todo conforme al guión.

 

Lo que sorprendió es que el juez negara la petición de la PGR para que el inculpado fuera trasladado a un penal de Morelos, en donde supuestamente ya tenía una celda preparada.

 

Seguirá aquí en el Reclusorio Norte… a menos, claro, que se “enferme’’ y tenga que seguir su proceso desde la cama de un hospital en una suite privada.

 

 

El Partido Verde le está poniendo a peso las peras al PRI.

 

Primero se le quiere rebelar en Chiapas para designar a un aspirante a gobernador propio –en este momento el PRI se desmaya-, y ahora quiere llevar su propio candidato a ¡Presidente de la República!

 

Ahora sí el mundo se va a acabar.

 

caem