Por lo menos, sospechosa fue la declaración del yerno de Manlio Fabio Beltrones, el senador del Verde, Pablo Escudero, en el sentido de que el partido del tucán está dispuesto a analizar la invitación que recibió de Alejandra Barrales para sumarse a la construcción de un frente amplio opositor.

 

Escudero es el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores y no se ha caracterizado precisamente por lo atinado de sus declaraciones.

 

Pero el hecho de haber asumido el papel del líder nacional del Verde, al que le correspondía responder sobre la invitación de Barrales, molestó igualmente a priistas que a verdes.

 

Y es que el partido propiedad de la familia González Torres siempre ha buscado asociarse al PRI para contender en las elecciones federales o, al menos, en aquéllas que le garantizan mantener el registro sin problemas.

 

La creación del frente, avalado por las dirigencias del PAN y el PRD, hasta el momento, tiene precisamente por objeto elaborar un proyecto político que permita sacar al PRI de Los Pinos en 2018.

 

O Escudero se fue de la boca –como yerno de Manlio seguramente simpatiza con la idea de las coaliciones de gobierno que promueve el sonorense- o el Verde anda buscando reivindicarse.

 

En cualquiera de los dos escenarios, está haciendo falta que un líder-líder del Verde saque la cara y aclare si les simpatiza la idea de cambiar de socio político en la próxima elección presidencial, justo cuando el tricolor los necesitará más.

 

¿Plan con maña?

 

Dicen los que saben que el tema del narcomenudeo en la UNAM es un asunto viejo, del que han sabido en su momento varios ex rectores.

 

Pero un tanto por la malentendida “autonomía’’ y otra por la pura conveniencia –dejar pasar, dejar hacer-, nunca se atendió de manera oportuna e integral.

 

Es ahora que en la UNAM se han registrado algunas muertes sospechosas que la sociedad ha vuelto los ojos a esa casa de estudios, la más grande del país y la que tiene un mayor presupuesto.

 

No se conoce cuál es el grado de cooperación entre el Gobierno de la Ciudad y la rectoría de la UNAM o con la Federación tratándose de un delito –el narcomenudeo- federal.

 

No se conocen resultados sobre las investigaciones de la muerte de la estudiante Lesby ni del joven que se suicidó lanzándose de un tercer piso de la Facultad de Medicina.

 

Lo que sí se conoce es el nombre del presunto cártel que está tras el negocio de las drogas y hay hasta hipótesis sobre la probable –y sólo probable- participación de personal de seguridad y vigilancia de la UNAM.

 

Tratándose de un problema añejo no resuelto, algunos misiles les tocarán a los ex rectores.

 

Ustedes saben a quiénes.

 

Independientemente del curso que sigan las negociaciones para la construcción del frente antipriista, el 31 de octubre de este año, Alejandra Barrales dejará la presidencia nacional del PRD.

 

Ése no es el problema.

 

El problema es que la caballada en el PRD está famélica y no se ve, por el momento, quién pudiera sustituir a la ex sobrecargo y llevar a buen puerto la conformación del frente.

 

Haga sus apuestas.

 

aarl