La Oficina del Representante de Comercio Exterior de EU. inició hoy una ronda de audiencias públicas con líderes empresariales y sindicales para recabar opiniones de cara a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México y Canadá, que comenzará a mediados de agosto.

 

La ronda, que se prolongará hasta el jueves, arrancó con representantes de los sectores textiles y agrícolas, y contará con la participación de la principal asociación empresarial, la Cámara de Comercio de EU., que se muestra a favor de mantener el acuerdo; y la asociación gremial AFL-CIO, que busca modificar el pacto en vigor desde 1994.

 

Entre las primeras participantes, estuvo la legisladora demócrata Rosa DeLauro, tradicionalmente muy crítica con los acuerdos comerciales internacionales.

 

“El presidente (Donald) Trump debe cumplir con su promesa de campaña y renegociar el TLCAN que ponga a los trabajadores estadounidenses en primer lugar y deje de lado los acuerdos fallidos, impulsados por las empresas del pasado”, dijo DeLauro.

 

La legisladora cargó contra los pactos de libre comercio “que promueven la deslocalización de empleos y la rebaja de los salarios”.

 

Una vez concluyan las tres jornadas públicas, se espera que el Representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, divulgue a mediados de julio objetivos concretos de cara a las negociaciones.

 

La renegociación del TLCAN fue una de las promesas electorales de Trump, que lo calificó como un “desastre”, y que llegó a amenazar con romper unilateralmente en abril pasado.

 

Posteriormente, en mayo, el Gobierno comunicó formalmente al Congreso su intención de reabrir las negociaciones sobre el TLCAN en busca de “un acuerdo más justo con los trabajadores y empresas estadounidenses”.

 

El pacto es considerado un éxito por parte de la comunidad empresarial, al apuntalar la integración de cadenas de valor entre los tres países, mientras que representantes de los trabajadores lo critican por favorecer el traslado de empleos fuera de EE.UU., especialmente a México, para aprovecharse de los menores costes laborales.

 

Aunque en un principio el Gobierno de Trump adoptó una beligerante retórica sobre el TLCAN, en los últimos meses se ha suavizado su postura, y el secretario de Comercio, Wilbur Ross, ha defendido la intención de Washington de “actualizar y modernizar” más que rehacerlo por completo.

 

El objetivo es que se alcance un acuerdo sobre el nuevo TLCAN para comienzos de 2018, ya que el próximo año hay elecciones presidenciales en México lo que añade presión al calendario de negociaciones.

 

 

grg