Luego de que se conociera el espionaje a periodistas y defensores de derechos humanos, presuntamente por parte de agencias de gobierno, la organización no gubernamental Amnistía Internacional condenó esta acción ilegal, pues la acción es un atentado a la privacidad, además de ser una amenaza contra quienes deben ejercer un contrapeso contra el poder.

 

“Esta nueva evidencia confirma que periodistas y defensoras y defensores de derechos humanos mexicanos son blanco de prácticas ilegales diseñadas para interferir y obstaculizar su trabajo. Estos hallazgos son consistentes con las investigaciones previas de Amnistía Internacional y muestran un claro patrón de uso ilegal de la tecnología en un intento de controlar cualquier crítica contra quienes están en el poder”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

 

La representante de Amnistía Internacional condenó este tipo de espionaje, debido a que es una forma de intimidar tanto a periodistas como a activistas de derechos humanos, pues además de ser ilegales, es un hecho sin precedentes.

 

“Las personas periodistas y defensoras de los derechos humanos ponen constantemente en riesgo sus vidas para defender los derechos de todos y para informar al público. Esto no es un crimen y el espionaje sobre estas actividades es ilegal y no puede justificarse. Estas acciones deben ser investigadas pronta y adecuadamente”, añadió Guevara-Rosas.

 

La denuncia de este espionaje se publicó en el periódico New York Times; en el reportaje se da cuenta de que a los teléfonos celulares de periodistas y defensores de derechos humanos se les introdujo un software llamado Pegasus, el cual monitorea su actividad. Cabe destacar que dicho programa sólo se vende a gobiernos para usarlos en investigaciones de grupos terroristas y del crimen organizado.

 

aarl