Con más de 20 años sin haber recibido atención alguna, con luminarias inservibles, jardineras descuidadas y abandonadas, banquetas sucias, destrozadas, que incluso representaban un riesgo para la ciudadanía, la Zona Rosa vive hoy un proceso de recuperación general, con el que se busca devolverle su esplendor y atractivo de antaño.

 

 

Atendiendo el reclamo de habitantes, empresarios y comerciantes, ignorados durante mucho tiempo en su demanda de reparación y mantenimiento de este sitio, a mediados de enero de este año iniciamos los trabajos para el rescate integral de la Zona Rosa, que comprende la recuperación total de 15 vialidades, actualmente intransitables y peligrosas, con labores de sustitución de las redes de drenaje y agua potable, rehabilitación de banquetas y guarniciones, repavimentación con concreto hidráulico y reordenamiento urbano y en vía pública.

 

 

Asimismo, el proyecto de rehabilitación tiene como propósito volver más eficientes los espacios para la gente y los vehículos, con estacionamientos definidos, zonas para el cruce de personas a mitad de calles y con un eje peatonal adecuado.

 

 

La finalidad primera es mejorar y modernizar la infraestructura urbana, además de ofrecer vialidades seguras y cómodas a los miles de habitantes que diariamente transitan por este emblemático lugar.

 

 

Conscientes del reto que implica una obra de esta magnitud, en la delegación Cuauhtémoc nos dimos a la tarea de gestionar y conseguir los recursos necesarios para el rescate de este espacio, los cuales superaron los 300 millones de pesos.

 

 

Así, sumando esfuerzos con vecinos y comerciantes, arrancamos el primer tramo de rehabilitación en las calles Hamburgo, Londres, Génova, Biarritz, Oxford, Estocolmo y Havre, esperando concluir la totalidad de la obra a finales de este año.

 

 

La ejecución total de los trabajos estaba prevista para un lapso de seis a ocho meses; sin embargo, la situación de la obra inducida —es decir, servicios de electricidad, gas natural y fibra óptica, entre otros—, cuyas redes estaban ubicadas fuera de la norma y en total desorden provocaron el retraso de los avances durante más de dos meses, pues fue necesario ejecutar la ubicación e instalación correcta de los cables para evitar la ruptura posterior de concreto, práctica desafortunada, pero común, de estas empresas y dependencias en la mayor parte de las calles de la urbe, con consecuencias graves para la ciudadanía.

 

 

Agradezco la comprensión de quienes a diario transitan por estas calles, ante las molestias temporales que ocasionaremos durante las obras, con la garantía de que en un futuro cercano podrán disfrutar de una renovada Zona Rosa.

 

 

Es mi deber garantizar vialidades seguras para todas las personas que cada día recorren las calles de nuestra demarcación, mejorar la calidad de vida de sus habitantes y, en el caso particular de la Zona Rosa, restituir el atractivo turístico y el desarrollo económico.

 

 

En la delegación Cuauhtémoc tenemos un compromiso con el bienestar y la seguridad de la ciudadanía, y por ello seguiremos trabajando sin pausa.