¡Nada les gusta, nada les gusta! En el actual sexenio ya suman nueve los ex gobernadores (siete del PRI y dos del PAN) perseguidos por la justicia mexicana por delitos de peculado, desvío de recursos públicos, enriquecimiento inexplicable y otras pillerías. A algunos de ellos “ya les echaron el guante” y otros no tardan en caer. Pero varios sectores de la sociedad se niegan a reconocer que hay avances, aunque sean poquitos, contra la impunidad. Peor aún, sospechan que hay arreglos en lo oscurito para que “no suelten la sopa”.

 

 
En la administración panista de Vicente Fox no cayó ningún “pez gordo”; varios de los “Amigos de Fox” salieron con los bolsillos retacados de dinero mal habido y ninguno fue perseguido. En los seis años de Felipe Calderón, ni un charal cayó en las redes, a pesar de los “chanchullos” que cometieron. Hoy, panistas, perredistas y morenistas cuestionan la captura del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte. El senador del PAN, Fernando Herrera advierte sobre la posibilidad de que haya sido negociada a cambio de dejar en libertad a la familia. ¡Cuánto cinismo!, dirán algunos.

 

 
La senadora del “moribundo” PRD, Dolores Padierna, sospecha de un acuerdo entre el Gobierno federal y el ex gobernador de Veracruz, “para fincarle cargos menores, de carácter económico, para dejarlo libre tarde o temprano, y que apenas pase la elección quede en libertad y sin tocar a su red de corrupción, ni a sus amigos ni a sus familiares, dice. ¡Cuánta mezquindad política!, opinan los observadores políticos objetivos e imparciales.

 

 
A pesar de la mezquindad política, el presidente Enrique Peña Nieto no quiso dejar pasar la oportunidad de referirse a las detenciones de dos ex gobernadores priistas (Duarte y Yarrington), buscados por la justicia mexicana. “Es claro, y creo que hoy todos quienes estamos en el servicio público asumimos la demanda sentida que hay entre la sociedad mexicana y entre la sociedad mundial, de exigir del servicio público, invariablemente, integridad, probidad y honestidad, como diariamente lo hacen, y hay que reconocerlo y hay que decirlo, millones de mexicanos”, señaló Peña.

 

 
Quienes quebrantan la ley deben responder por sus actos. Independientemente de lo que determine el Poder Judicial, estas detenciones son un mensaje firme y contundente del Estado mexicano contra la impunidad. A veces poco se dice o poco se reconoce, pero las cosas buenas cuentan, y cuentan mucho…, agregó.

 

 
¡Pero…!

 

 
En este combate contra la impunidad y la corrupción del actual gobierno, llama la atención de los observadores que la lista de pillos la encabecen algunos gobernadores que formaban parte de la “nueva generación de priistas”, que presumían de ser “los mejores”; los que insistían en que ellos sí sabían cómo hacerle para acabar con el crimen organizado y desorganizado; para reactivar la economía de sus estados, para crear empleos, para llevar bienestar a su familia. Y después de seis años se confirmó que en lugar de combatir a los delincuentes se convirtieron en cómplices del crimen organizado; saquearon las arcas de sus estados, dejando obviamente a millones de personas en la miseria. Resultaron ser unas “fichitas”, pues.

 

 
Sobre los dos ex gobernadores Duarte (Javier y César) perseguidos por la justicia, vale la pena recordar que los mismos priistas que decidieron “echarlos” del partido, aseveraron en diversas ocasiones “estar dispuestos a meter las manos al fuego” por ellos; hablaron linduras de sus personas y hasta afirmaron que el PRI estaba orgulloso de su actuación.

 

 
¿Y luego se dijeron sorprendidos por los actos de corrupción que cometieron junto con sus secuaces en los seis años de gobierno?

 

 
¡La hipocresía, la hipocresía!