Ben Roethlisberger, Le’Veon Bell y Antonio Brown son el ejemplo perfecto de una ofensiva en plenitud y con muchas variantes, por lo que los Chiefs, que no cuentan con una gran defensiva, deberán ocuparse de frenar a un gran corredor, pero también los profundos tendrán mucho trabajo con uno de los mejores receptores de la NFL.

 

 

La única duda será la salud del quarterback Roethlisberger, quien salió lastimado de un tobillo ante los Dolphins, pero ya no usa la bota protectora y, según el coach Tomlin, el pasador jugará todo el partido. No será nada raro, pues es un guerrero y no se quiere perder una de sus últimas oportunidades de ganar otro Vince Lombardi.

 
Por otro lado, los Chiefs se sacaron la lotería con la lesión del mariscal Derek Carr, de Raiders, pues eso les abrió la puerta para ganar su División y, por tal motivo, recibirán en el mítico Arrowhead a los Acereros, lo cual será una mínima ventaja para los dirigidos por Andy Reid.