El día después. El mandatario afirmó que hará “todo lo posible para que el próximo presidente sea exitoso”; Hoy se reúne “cara a cara” con Trump; Hillary dio la cara y al borde de la lágrima en varias ocasiones, admitió la victoria de Trump y se ofreció a colaborar con el millonario por el bien de su país

 

Mientras Donald Trump saboreaba el triunfo de las elecciones en privado y desde lo alto de su Trump Tower en Manhattan, el Presidente Barack Obama hacia su primera aparición pública tras las elecciones, acompañado por su vicepresidente, Joe Biden, prometió llevar a cabo una “transición pacífica” del gobierno, una de las “señas de identidad” de la democracia, pese a admitir que tiene “diferencias muy significativas ” con su sucesor en la Casa Blanca.

 

“Estamos todos en el mismo equipo. No somos republicanos o demócratas primero, sino americanos primero, patriotas primero y todos queremos lo mejor para nuestro país”, enfatizó Obama desde la Casa Blanca.

 

PAG-12-2_EFE_hillary

 

Según Obama, ese mismo mensaje fue el que escuchó anoche “directamente” de Trump cuando habló con él para felicitarlo por su victoria y “es lo que necesita el país, un sentido de unidad, de inclusión”. “Espero que (Trump) mantenga ese mismo espíritu” durante la transición y en su Presidencia, agregó Obama, quien en repetidas ocasiones había advertido que el republicano no estaba preparado para gobernar el país.

 

Obama también quiso enviar un mensaje a los jóvenes, a quienes votaron por primera vez y están “tal vez, decepcionados” con los resultados. “No se vuelvan cínicos, no piensen que no pueden hacer la diferencia”, exhortó.

 

Por su parte, Hillary Clinton, reconoció públicamente su derrota electoral, y afirmó que “Donald Trump va a ser nuestro presidente. Le debemos una mente abierta y la oportunidad de liderar” el país.

 

En su primera aparición tras los comicios, la ex secretaria de Estado reconoció que los resultados no fueron los que esperaba, pero llamó a aceptarlos de forma pacífica y a colaborar con los republicanos.

 

“Anoche felicité a Trump y me ofrecí a trabajar con él en nombre de nuestro país”, dijo Clinton, quien confió en que el magnate neoyorquino sea “un Presidente exitoso para todos los estadounidenses” y pidió a los suyos aceptar el resultado y mirar hacia delante.

 

“Hemos visto que nuestra nación está más dividida de lo que creíamos, pero yo todavía creo en Estados Unidos y siempre lo haré”, apuntó. Vitoreada por decenas de seguidores y acompañada de su marido y de su hija, Clinton reconoció que la derrota en los comicios es algo “muy doloroso y lo será por mucho tiempo”. Clinton dedicó además palabras especiales a las mujeres que respaldaron su campaña y confió en que, más pronto que tarde, EU tendrá por fin a una mujer como Presidenta.

 

El resto de Estados Unidos, y del mundo, se sumió hen la incertidumbre y se preguntó qué tipo de presidente será Trump, líder de una campaña presidencial que supo entender la rabia contra las elites, pero que no ha detallado cómo desarrollará algunas de sus propuestas estrellas sobre inmigración o libre comercio.

En esos detalles más concretos, jugarán un papel esencial los nuevos miembros del Gobierno de Trump, cuyos nombres podrían conocerse en los próximos días o semanas.

Entre los posibles candidatos se encuentra miembros de su círculo más cercano, como el senador por Alabama, Jeff Sessions; el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich; el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani; y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, según fuentes de la campaña de Trump, citadas por el diario The New York Times.

 

 

¿Por qué se equivocaron las encuestas?

 

PAG-12-6_REUTERS_trump

 

Además de Hillary Clinton, la gran derrotada en las elecciones presidenciales de EU fue la industria encuestadora. Con la victoria de Donald Trump sumaron otro error y no supieron registrar el fenómeno del voto oculto o “vergonzante”.

 

El despiste de los sondeos no fue igual en todos los estados. Según The Economist, en aquellos donde predominan los blancos con buen nivel de educación, “como Colorado y Virginia, las encuestas se ajustaron a la perfección a los resultados finales”.

 

De acuerdo con el semanario británico, fue en los estados del norte donde abundan los blancos sin título universitario, donde Trump desafío a las encuestas: “Este grupo, que históricamente tuvo una baja propensión al voto, acudió a las urnas en números mucho mayores de lo que los sondeos fueron capaces de predecir”.

 

Para el diario The Guardian, la otra explicación posible es tan sencilla como difícil de evitar. “Las personas pueden cambiar de opinión, pueden decidir no compartir lo que piensan con el encuestador o pueden mentirle directamente”, escribió su periodista Mona Chalabi.

 

FiveThirtyEight pronosticaba que Clinton vencería la batalla en Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. Trump ganó en los cuatro estados.

 

Según el diario The New York Times, Clinton tenía 85% de probabilidades de ganar la elección y 93% de vencer en Wisconsin, donde Trump la terminó derrotando.

 

De las 20 mayores empresas de sondeos, incluyendo redes nacionales de televisión y diarios que realizaron más de 80 encuestas desde mediados de septiembre, solo una, la del diario Los Angeles Times (asociado a USC Tracking)  fue la única que acertó. El sondeo vaticinaba días antes de los comicios una ventaja de 3 puntos para Trump, mientras todas las encuestas la daban ganadora a Hillary Clinton por 3 o 4 puntos.

 

El poder electoral latino, que apoyó en 79 % a la candidata demócrata no pudo contrarrestar el voto blanco que dio la victoria al republicano. Ella perdió en Florida, inundada de latinos.

 

Es que la supuesta recuperación económica no benefició a todos por igual. Mejoró el ingreso de los más ricos y sumergió a la clase media. La desigualdad fue el gran trasfondo del malestar de las clases medias industriales, rurales, sin estudios universitarios de ciudades pequeñas de la “América profunda” que está frustrada porque hace años y años que no puede progresar