La victoria del Brexit inflamó los ánimos de muchos movimientos nostálgicos que detestan la globalización y añoran los “viejos y buenos tiempos” en los cuales existían fuertes fronteras y no había movimiento libre ni de bienes ni de personas.

 

Aunque no hay una semejanza completa con la salida de Reino Unido de la Unión Europea, pues se trata sólo de desvincularse de un bloque de países con el cual hay ciertas obligaciones comerciales y migratorias, los movimientos separatistas han recibido nuevas bocanadas de oxígeno  con la victoria del leave.

 

Desde Cataluña, hasta Escocia y las Islas Malvinas, los grupos autonomistas están de plácemes y creen que es la hora de aprovechar el ímpetu que han alcanzado las fuerzas que buscan romper con las ataduras centralistas.

 

Éste es el caso del llamado Texit, promovido por Texas Nationalist Movement (Movimiento Nacionalista de Texas, TNM) que ha surgido en el estado vecino a México, al cual alguna vez le perteneció, y que se propone convertirse en país y separarse de la Unión Americana.

 

La organización aglutina a un amplio sector que desde tiempo atrás está frustrada por las políticas de Washington, que siente que no le hace justicia al llamado Estado de la Estrella Solitaria, que es una rica potencia petrolera que aporta grandes recursos en materia fiscal a las arcas de Estados Unidos sin recibir una retribución equivalente.

 

El TNM se ha puesto en contacto con los nacionalistas catalanes y escoceses y todos aquellos con los que mantiene una identidad de propósitos para lanzar una nueva ofensiva orientada a lograr ahora sí su propósito de separar a Texas de Estados Unidos.

 

separatista

 

El presidente de la organización, Daniel Miller, señala en una entrevista con 24 HORAS que “si no creyéramos que la independencia de Texas es posible no la propondríamos” recordando que desde hace una década el TNM mantiene un reclamo “efectivo” en esta dirección y ha comprobado que 54% de los republicanos, 50% de los votantes independientes y aún un tercio de los demócratas apoyan esta iniciativa.

 

“La pregunta ya no es si esto ocurrirá, sino cuándo tendrá lugar”, se ufanó Miller, quien asegura que su movimiento está “creciendo y el impulso está de nuestro lado” al afirmar que “después de los dos mayores partidos políticos somos la más grande organización política en Texas” y el segundo más amplio movimiento independentista en el Hemisferio Occidental y uno de los más grandes en el mundo entero.

 

 

Un país dentro de otro país

 

 

Y es que Texas aporta un tercio de la producción petrolera del país y es donde más energía se consume por persona.

 

Para lograr su objetivo, Miller expone que el papel que deben desempeñar compañías de Texas y organizaciones civiles es “simple”, y consiste en “evaluar públicamente las opciones” que se plantean, es decir, permanecer o salirse de la Unión Americana y  hacer pública su postura, a fin de en su caso mostrar su soporte a los esfuerzos del TNM para este propósito. “Al final, mientras se logra una votación, cada uno, individual o grupalmente o como una compañía, será forzado a escoger entre las dos opciones”, dice el gigante activista político.

 

Algunos, los partidarios de mantenerse como parte de Estados Unidos, pueden escoger continuar viviendo en una unión política y económica que los obliga a “soportar 180 mil páginas de leyes federales, reglas y normas administradas por 440 agencias separadas y unos dos millones de burócratas”, cuyas decisiones políticas o indecisiones cuestan 75% de la riqueza y ganancias potenciales, afirma.

 

Los que abrazan la causa de la separación, en cambio, pueden escoger unirse “alrededor de la bandera de un autogobierno de la República de Texas cuya filosofía económica y política asegura la prosperidad de quien la apoye”, señala Miller.

 

En 2012, los partidarios de la independencia de Texas enviaron una petición a la Casa Blanca justo cuando Barack Obama acababa de instalarse como nuevo inquilino.

 

La demanda,  suscrita por 125 mil 746 personas, fue abruptamente rechazada, pero esto no los ha desaminado, sino  la respuesta negativa fue un aliciente para seguir insistiendo.

 

El dirigente asegura que a lo largo de una década, políticos de todas las tendencias en Texas han mostrado preocupación por la inmigración y las fronteras, pero también la falta de confianza en que esté haciendo su tarea el Gobierno federal.

 

“Pero en este asunto de la Independencia de Texas, sin importar una preocupación política particular, la principal fuerza dirigente se debe sumar hacia el objetivo de que la mejor gente debe gobernar a Texas y los texanos”, apunta.

 

“Nosotros podemos afrontar los asuntos de la migración y la frontera de una manera más consistente con nuestras realidades políticas y económicas a diferencia del método estandarizado y uniforme del Gobierno federal”, argumenta en la entrevista.

 

 

 

Texas, tan grande como Australia

 

 

Miller se mostró “totalmente confiado” en que se logrará aprobar una iniciativa en la próxima sesión de la Legislatura de Texas llamando a votar por la independencia de Texas.

 

La organización a su cargo, señaló, está “comprometida en este camino de conformidad” con el artículo 1 sección 2 de la Constitución del estado, que a la letra señala que el pueblo tiene “todo el tiempo el inalienable derecho a alterar, reformar o abolir su gobierno en la manera que considere conveniente”.

 

Texas ya ha probado las mieles de la independencia, pues ese estatus lo disfrutó entre 1836 y 1845, hasta que decidió adherirse a Estados Unidos tras separarse de México.

 

Esta próspera región tiene un Producto Interno Bruto semejante al de Australia con una población similar (27 millones de habitantes) y vive actualmente un auge petrolero gracias al “fracking”, un sistema de explotación de crudo mediante la fractura de rocas subterráneas a base de la inyección de agua.

 

 

Si Trump propone hacer de nuevo grande a Estados Unidos, los texanos separatistas buscan hacer “aún más grande” a un estado que, como decía John Steinbeck, es “una nación en todo el sentido de la palabra”, una frase que han abrazado como su mantra.