La periodista Carmen Aristegui, su equipo de reporteros de investigación y los directivos de la editorial Penguin Random House denunciaron que el empresario Joaquín Vargas, presidente de MVS Comunicaciones, los demandaron por “daño moral”, por las expresiones vertidas por su ex conductora en el prólogo del libro La Casa Blanca de Peña Nieto, la historia que cimbró un gobierno.

 

Por lo que la periodista exigió al presidente Enrique Peña Nieto dejar de “mecer la cuna” en el hostigamiento que sufren ella y su equipo de periodistas por la investigación de la llamada “casa blanca”.

 

En un video publicado este jueves en YouTube, Aristegui denuncia que se intensificó el acoso, el hostigamiento y la persecución judicial por dicha  investigación y con ello se pretende hacer uso del poder judicial para imponer la censura, dañar a los periodistas y saciar ánimos de venganza.

 

 

“¿De qué perdón estamos hablando señor Peña Nieto?, ¿cuál es el verdadero alcance de su palabras?; ¿Pide perdón por la “casa blanca”, pero se sigue persiguiendo a los periodistas que la investigaron?, ¿Pide perdón por la “casa blanca”, pero no cesan los ánimos de venganza? Señor Presidente deje de mecer esa cuna”, dijo.

 

Esta demanda, asegura Carmen, contrasta con el “perdón” que pidió hace tres días el presidente Peña Nieto por el “error” de la “Casa Blanca”, ya que continúa un “escalamiento del acoso judicial” en contra de ella y el equipo que dio a conocer el reportaje sobre esta propiedad, en noviembre de 2014.

 

Esta denuncia se suma a la lista de demandas mercantiles contra la periodista y de acuerdo con Ricardo Cayuela, director de la casa editorial, “contra ella se van con todo”, en conferencia de prensa celebrada esta mañana junto con Aristegui.

 

La demanda pretende que se destruyan los ejemplares del libro que está en circulación y se edite uno nuevo con otro prólogo que no incluya los párrafos que, presuntamente, constituyen un daño moral a Vargas y MVS. Además piden una disculpa pública de Pinguin Random House.

 

La demanda realizada por separado les fue notificada a la periodista y a la editorial desde el 29 de mayo pasado.

 

Cayuela explicó que enfrentan “algo inédito”, pues en ninguno de los países en que donde publica Penguin Random House hay antecedente de algo similar. Nunca en ningún lugar les han pedido censurar el prólogo de un libro.