Foto: Archivo En distintos países del mundo la ansiedad y los atracones a causa del encierro por COVID-19 han aumentado de forma exponencial  

La pandemia por COVID-19 ha tomado por sorpresas a todos y en los meses que hemos estado cumpliendo el confinamiento ha provocado depresión y trastornos alimenticios.

De acuerdo al Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) hay investigaciones en las que el distanciamiento y el miedo al contagio generaron cuadros de ansiedad y depresión.

De acuerdo al Centro de Salud Mental de Reino Unido, advierte que el 20% de la población necesitaria en los próximos 3 a 5 años apoyo para su bienestar mental. 1.5 millones son menores de 18 años y es el grupo más vulnerable.

Por su parte Priory Group señaló que en 2020 aumentaron las consultas por anorexia nerviosa y hubo un incremento del 26% en consultas por trastorno por atracón.

En México de acuerdo al informe Acciones e intervenciones para la pérdida de peso de la firma especializada en investigación de mercados Ipsos, advirtió que los mexicanos han ganado, en promedio, 8.5 kilos de peso durante la pandemia, lo cual nos coloca, en una lista de 30 países, como el número uno en dicho rubro y por encima de Arabia Saudita con ocho kilos; Argentina con 7.9 kilos y Perú con 7.7 kilos. El promedio mundial es de 6.1 kilogramos extra.

Los esfuerzos para visibilizar la relación de la salud mental y los trastornos alimenticios en medio de la pandemia por COVID-19 refieren que en este periodo las personas exacerbaron las conductas de restricción, atracones, purgas, así como el sedentarismo o el exceso de ejercicio.

Una investigación publicada en la revista científica The Lancet monitoreó a 236 mil 379 sobrevivientes y reveló que el 24% de ellos había experimentado un trastorno psicótico, de ansiedad o del estado de ánimo, con base en síntomas psicológicos que incluyen: estrés por soportar una enfermedad potencialmente fatal, incertidumbre sobre el futuro, estigma social por portar dicha enfermedad y aislamiento social.

Una de los especialistas es el hecho de que ante la priorización de la atención médica a quienes contraen el virus de COVID-19, se frenó el diagnóstico y cuidado a aquellas personas con indicios de desórdenes alimenticios.

Las herramientas digitales han sido clave en esta época ya que se les puede dar seguimiento a distancia a los pacientes que experimenten dichos problemas.

LDAV