Es normal y parte de la vida que los seres humanos nos desarrollemos y crezcamos con heridas emocionales, que marcan nuestra existencia porque nos condicionan a desarrollar algún tipo de defensa emocional para poder sobrevivir y adaptarnos al medio ambiente, al mundo.

 

Estas defensas normalmente crean una armadura o máscara, que es esa estructura o cara que ofrecemos al otro, que nos protege y trata de evitar que toquen nuestras heridas; pasa la vida y estas defensas nos “cuidan” del mundo, nos son funcionales por algún tiempo y es gracias a ellas que crecemos y nos desarrollamos.

 

columna monica terapiaSin embargo, esta armadura también nos insensibiliza, nos aleja de la posibilidad de sentir y manifestar nuestras emociones, desconectándonos de lo que realmente somos y sentimos como seres humanos; nos aleja de nuestra esencia y termina por convertirnos en actores de ciertos roles y papeles que nada tienen que ver con lo que realmente somos, nos desconecta del amor real y profundo e interfiere fuertemente en la conexión con nosotros mismos y con el otro, evitando así la manifestación auténtica de nuestro ser.

 

Por lo general, cuando sentimos la necesidad de tomar una terapia es porque esos roles o papeles irreales que jugamos ya no nos satisfacen, o nos estorban y nos pesan porque nos hacen vivir el “deber ser” y no lo que realmente somos. Cargar con esto, a lo largo de nuestra vida, es muy pesado y poco saludable, pues no nos permite ser nosotros mismos, ser auténticos ni conectarnos con nuestras emociones reales, que son las que nos hacen sentir vivos y plenos.

 

Es posible que en algún momento sintamos la necesidad de hacer cambios y, para ello, tal vez uno de los caminos sea buscar ayuda, guía, ya sea a través de cursos, talleres, lecturas o algún tipo de acompañamiento para poder salir de ese pesado cascarón, para quitarnos esa armadura que creamos para sentirnos seguros. En su momento es importante buscar ayuda para reconocer y quitarnos esa imagen falsa creada en nuestra infancia y que, seguramente, hoy ya no necesitamos para sobrevivir, porque son ya otras las condiciones en las que nos encontramos.

 

Tenemos otros recursos, los cuales son importantes poder reconocer para hacer frente desde otro lugar a la vida y mejorar nuestras relaciones. Si tú sientes de repente que ya no quieres funcionar como lo venías haciendo, o te sientes desbordado por situaciones emocionales que se repiten constantemente en tu vida -y no sabes qué hacer con ello-, tal vez sea el momento de buscar ayuda de algún terapeuta.

 

De hecho, existen muchas opciones alternativas hoy día que te pueden ayudar a sentirte mejor contigo mismo y, por lo tanto, mejor con el mundo, para ser más tú, ser más auténtico. Si es así, date la oportunidad y busca opciones terapéuticas liberadoras, saludables, que te ayuden y te permitan lograrlo.