La felicidad, la alegría y el gozo profundo y pleno por la vida provienen del interior de cada uno de nosotros. Tal vez pensemos que pueda ser algo externo, algo que no depende totalmente de nosotros lo que nos hace felices o nos conecta con el gozo; sin embargo, generalmente eso que viene de afuera nos puede provocar placer, pero el efecto que tiene en nosotros dura poco y no es tan pleno y profundo como aquel que proviene del interior de cada uno.

 

Ese placer y gozo del que hablo es el que viene de adentro, y está conectado con fluir, sentir, apreciar y agradecer todo aquello que experimentamos en la vida. Y es posible experimentarlo cuando desarrollamos la libertad interior que nos permite gozar cualquier cosa por insignificante que ésta sea; aun cuando vivir desde este lugar signifique correr los riesgos que esto de sentir trae consigo, abriéndonos a sentir tanto lo que nos gusta como lo que no nos gusta. Si aceptamos conectarnos y sentir nuestras emociones, es para sentir todo lo lindo y lo no tan lindo, así funciona esto.

 

columna monicaEl placer de vivir y gozar la vida profundamente no proviene de aquello que podemos comprar u obtener materialmente, ya  que ese placer es efímero, se esfuma al poco rato de haber conseguido lo deseado.

 

El gozo y el placer del que estoy hablando  se traduce en actitud positiva frente a la vida, esa actitud que se conquista y desarrolla cuando vamos aligerando el peso que traemos al dejar de cargar todo aquello que considerábamos importante para vivir una vida “perfecta”. Es la actitud que conquistamos cuando nos liberamos de la auto exigencia, del miedo, del deber ser, de las creencias limitantes que no nos han permitido ser y aceptar lo que somos realmente, cuando podemos ser y vivir más desde nuestra esencia humana, aceptando nuestras carencias, nuestros aciertos, errores, virtudes e imperfecciones; lo que nos regalamos con esto es que podamos vivir en paz sencillamente con lo que somos.

 

Muchas de las veces, para lograr llegar a ser personas en contacto con su esencia, es necesario entrar en el dolor profundo de todo aquello que nos ha marcado en nuestra vida, que nos ha lastimado y que nos es difícil tocar, abriendo los cajones donde guardamos nuestros miedos, enojos, resentimientos, y todo aquello que nos conecta con eso que nos cuesta trabajo aceptar y sentir.

 

Sin embargo, si lo hacemos es posible que podamos liberarnos y vivir más ligeros, acercándonos a disfrutar más profunda y plenamente la vida.

 

Este no es un camino fácil de recorrer en nuestra vida. De hecho, pocos son los valientes que se atreven a recorrerlo, pero si lo hacemos las gratificaciones obtenidas son infinitas e invaluables, se vive una vida más ligera y más gozosa. Es por ello que te invito a que te atrevas a entrar en ti, ahí puede estar la clave para vivir con plenitud tu vida.