NAIROBI. Al menos ocho mujeres y niñas fueron víctimas de violaciones y explotación sexual por parte de cascos azules de la misión de la ONU desplegada en República Centroaficana (MINUSCA) entre octubre y diciembre de 2015, informó hoy Human Rights Watch (HRW).

 

Las víctimas son mujeres de entre 13 y 29 años, seis de las cuales fueron violadas, algunas en grupo, y otras dos mantuvieron relaciones sexuales a cambio de comida o dinero con cascos azules de la República Democrática del Congo (RDC).

 

Estas nuevas denuncias llegan días después de que la propia ONU admitiera que tenía pruebas de seis nuevos casos de abusos sexuales a menores por parte de soldados que formaban parte de la operación de la Unión Europea (UE) o de las fuerzas francesas.

 

HRW ha documentado ocho abusos por los soldados de la MINUSCA, que según relataron las víctimas pertenecían al contingente de la RDC, que tiene a 800 soldados desplegados en Bambari y otras ciudades de la provincia de Ouaka, en el centro del país.

 

Entre septiembre y diciembre del pasado año, un pequeño contingente de cascos azules de la RDC fue desplegados para proteger el aeropuerto de Bambari.

 

Entre las víctimas hay dos jóvenes de 14 y 18 años que fueron violadas en grupo cerca del aeródromo.

 

“No quería tener sexo con ellos, pero cuando visité su base me llevaron al bosque. Eran tres. Dijeron que si me resistía me matarían”, relató la joven de 18 años.

 

La niña de 14 años fue atacada en noviembre, cuando dos soldados la atacaron mientras pasaba por la base: “Me agarraron por los brazos y otro me arrancó la ropa”.

 

En todos los casos de explotación sexual y abusos documentados por HRW, los supervivientes vivían en campos de desplazados internos en Bambari. Algunos de ellos accedieron a tener sexo con los soldados a cambio de dinero o comida, práctica prohibida por la ONU.

 

En estos casos, el país al que envía la fuerza de paz es responsable de juzgar a sus soldados, de modo que la ONU no tiene capacidad para iniciar acciones contra ellos de forma independiente.

 

En 2015, un informe de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna (OIOS, por sus siglas en inglés) advirtió de la falta de información sobre las medidas disciplinarias adoptadas por los países que contribuyen a las misiones de paz.

 

En esa línea, un estudio independiente recomendó negociar nuevos acuerdos con los países que aportan tropas a las fuerzas de paz para garantizar la transparencia y que se enjuician los casos de abusos sexuales.

 

“La ONU debería asegurar que los soldados de paz se comprometen a una tolerancia cero ante la explotación sexual y los abusos antes de ser desplegados”, opinó la organización.

 

HRW también pidió que se refuercen los equipos disciplinarios de la MINUSCA y de la OIOS.

 

“Los soldados de paz que violan, explotan o matan no deberían ser enviados de vuelta a casa sin compromiso de que van a ser llevados ante la justicia”, dijo el investigador de HRW para África Lewis Mudge.

 

Medio centenar de naciones contribuyen con efectivos militares o policiales a esta fuerza de paz, integrada por unos 9.000 soldados.

 

Según se informó hoy, desde que MINUSCA comenzó a operar, en abril de 2014, se han recibido decenas de denuncias sobre posibles casos de explotación sexual.

 

Las tropas internacionales están presentes en la República Centroafricana para aplacar el conflicto étnico-religioso originado a finales de 2013, en el que han muerto miles de personas y ha obligado a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares.