Las críticas no le preocupan a Carlos Salinas de Gortari, uno de los ex presidentes que mayor polémica causa entre las opiniones de la población, y quien aseguró que los errores cometidos en su administración están reconocidos públicamente.

 

“Lo que hemos padecido es la formación de estereotipos, cometimos errores pero están reconocidos en un libro que publiqué”, señaló el ex mandatario en un diálogo con el editor senior de la revista británico The Economist, Michael Reid.

 

Como si fuera una anécdota personal, recordó que el ex presidente estadounidense, John F. Kennedy, en un discurso que dio en la Universidad de Yale, señaló que el peor enemigo de la verdad no era la mentira, sino el estereotipo alejado de la realidad.

 

Reconoce compromiso con hallar la verdad de Ayotzinapa

 

En otro tema, Salinas reconoció los esfuerzos que las autoridades judiciales realizan para el esclarecimiento en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, no obstante, cauteloso se reservó a dar una opinión sobre cómo debe actuar el gobierno ante este hecho.

 

Para contestar esa pregunta hay que tener todos los elementos a la mano“, argumentó.

 

No obstante, señaló que le parecía importante destacar “que hay un compromiso apegado al estado de derecho”, y agregó que las instancias judiciales deberán ser los que determinen la verdad de los hechos.

 

Respecto al descontento social y la inseguridad que hay en el país, Salinas de Gortari comentó que se requiere mayores empleos remunerados para reducir esta condición.

 

“Si no hay suficientes oportunidades de empleo y recuros para satisfacer las necesidades de las familias, no va a haber circunstancias favorables que permitan un estado de ánimo diferente en la población”, dijo.

 

Solidad tuvo regresión

 

De acuerdo con Salinas de Gortari, el programa social Solidaridad implementado en su administración tuvo una regresión que derivó incluso en un efecto perverso.

 

Existen los programas sociales que son meros paliativos y los que buscan empoderar a sus beneficiarios para que dejen de ser objetos de la caridad social.

 

Solidaridad era un programa que promovía la participación social organizada”, explicó.

 

Lo que vino después, añadió, fue una regresión de ese proceso y se habló de la focalización de recursos, a la que calificó como “dádivas“.

 

Indicó que los programas posteriores a Solidaridad derivaron en un efecto perverso en el que la población no buscaba salir de su situación de pobreza con el fin de no dejar de recibir el apoyo del gobierno.