Quería hacer una crónica por días pero aquí el tiempo transcurre diferente. Y entre la frustración de no dar con unas enchiladas mineras decentes, la inconsistencia de mis horas de sueño y la cantidad de horas dentro de la oscura sala de cine, creo es mejor seguir este recuento con el elemento principal que nos trajo al GIFF como eje conductor: las películas.

 

H. (EU – Argentina, 2014).

Después de la gran Love & Mercy como película inaugural y la regular Viaje que apenas sirvió para abrir el apetito, tocó el turno de ver H. (Dir. Daniel Garcia y Rannia Attieh), una especie de disaster movie paranoide con tantos guiños al cine de autores como David Lynch o su tocayo Cronenberg, como a episodios y personajes en la literatura de la antigua Grecia por igual.

 

Ambientada en el tranquilo y frío poblado de Troy, en las afueras de Nueva York, esta coproducción entre EU y Argentina cuenta la historia de dos Helens (obvia referencia a Helena de Troya) quienes, después de una lluvia de meteoritos que comienza a provocar cosas más que irregulares a su alrededor, deben lidiar cada una con sus propios problemas de pareja en entorno decadente y poco amigable.  Gente desapareciendo, hombres siendo atacados por extraños dolores de cabeza, cambios en las leyes de gravedad, un misterioso caballo negro y hasta una cabeza gigante de piedra a la deriva en el Río Hudson son el extraño escenario en el cuál las vidas de nuestras protagonistas, ambas con una fijación por la maternidad (una joven embarazada y una mayor obsesionada con cuidar de un muñeco), empiezan a perder sentido en una atmósfera de mal viajante ciencia ficción atmosférica que, alejándose por completo de los cánones establecidos por el cine hollywoodense de desastres, muestra un escenario que sin dejar de ser amenazante y cataclísmico, se siente extrañamente probable.

 

Plástico (México, 2015)

 

Me tomé un break después del mal viaje y corrí a comer. Platicaba con Julia cuando llegó Nina a recomendarnos que no faltáramos a la premier mundial de Plástico (Dir. Ricardo Soto), supuestamente una de las mejores en la programación. Y aunque antes de eso existía el plan de verMustang (Dir. Deniz Gamze), una llamada le dio un giro inesperado al viaje. “¿Pueden pasar por sus cosas o se las empacamos y sacamos de la habitación?” fue la pregunta más amable que encontraron para avisarnos que estábamos siendo cambiados de hotel. Errores en las reservaciones argumentaron mientras tomamos el taxi hacia nuestra guarida por esa noche. Y aunque en realidad no era lejos el nuevo lugar de hospedaje, en principio aparentaba tratarse de algo más bien negativo. Afortunadamente el mal augurio no se concretó y conocimos a una amable pareja, su hermosa casa y su todavía más sorprendente amabilidad. Gracias Gilda y Fulvio. Los invitamos a la función.

 

Al fin y al cabo íbamos bajo recomendación, así que salimos y nos abrimos paso entre la lluvia para llegar a tiempo y encontrar buen lugar. Desafortunadamente, ahí terminó el disfrute. Plástico es la ópera prima de Ricardo Soto, fue realizada como trabajo de titulación en el Centro de Capacitación Cinematográfica y, siendo él un consentido expreso del GIFF, el festival decidió incluirla como uno de sus estrenos más exclusivos. Enfocada en la historia dividida de dos hermanos, Leo y Ana (Fernando Alvarez Rebeil y Florencia Ríos), la película cuenta la historia paralela de sus muy miserables y sórdidas vidas, siendo cada uno “víctima” de un mundo que, a través del lente de Soto (un chavito tímido que dudo tenga un acercamiento real con el bajo mundo que retrata con torpeza y pretensión) no da ni medio pie al balance, haciendo de la película una serie de episodios de gratuita y poco fundamentada sordidez.

 

Poniendo énfasis gratuitamente en escenas casi explícitas de violación y un constante abuso de la miseria que azota a sus personajes, Soto cuenta sin pies ni cabeza las desventuras sexuales de Ana (prostituta de lujo y lesbiana) así como la aburrida vida de su hermano Leo (un depresivo empleado de una fábrica de…-redoble-…plástico) en su edad adulta y después del suicidio de su padre (que muere de asfixia por una bolsa de…-redoble-…plástico). Y aunque la película sí puede presumir de un excepcional trabajo de cinematografía, un elenco bastante competente (aunque desperdiciado y atrapado en un guión lleno de clichés) y un diseño sonoro que, para cuando uno deja de preocuparse por sus mal desarrollados personajes, al menos ayuda a permanecer interesado en los aspectos técnicos de la película. Lamentablemente no es a eso a lo que vamos al cine, creo yo… Al menos Fulvio y Gilda opinaron igual.

Continuará…