LAREDO, Texas. Completamente seguro de sí mismo, Donald Trump visitó la frontera con México el jueves y vaticinó que los hispanos lo amarán — “ya lo hacen”— pues como presidente regresará los empleos que se han ido al extranjero y le dará más oportunidades a aquellos que viven legalmente en Estados Unidos.

 

“Hay un gran peligro con los ilegales”, dijo el precandidato republicano a reporteros. Pero afirmó tener “una gran relación” con los hispanos, incluso a pesar de que los líderes latinos lo han acribillado por describir a los inmigrantes mexicanos como criminales y violadores.

 

“Regresaré los trabajos de China, regresaré los trabajos de Japón”, dijo el empresario accionista en más de 500 empresas. “Los hispanos obtendrán esos empleos y amarán a Trump”. E incluso el magnate inmobilario reiteró su propuesta de construir un muro en la frontera, que dijo, “nos ahorraría muchísimo dinero. Tenemos que levantar un muro”.

 

La rápida visita a la frontera se dio mientras Trump sigue ganando la atención de la contienda presidencial republicana, lo que exaspera a sus rivales.

 

Trump, un empresario y estrella de la televisión, creó todo un espectáculo antes de su viaje de campaña al decir que se estaba poniendo “en gran peligro” al ir a la frontera cerca de la violenta ciudad mexicana de Nuevo Laredo, pero dijo “lo tengo que hacer, lo tengo que hacer”.

 

 

Mientras hablaba con reporteros con su espalda hacía el Río Bravo (Grande en Estados Unidos), una enorme cantidad de camiones pasaban tranquilamente de México hacia el World Trade Bridge que los conduce a Texas, un centro comercial pujante que suele ser visitado por funcionarios. Trump viajó en una caravana acompañada por muchos policías sobre calles que fueron cerradas para su paso.

 

Un sindicato local de agentes fronterizos canceló su participación en los actos del precandidato presidencial. Los agentes fronterizos planeaban acompañar a Trump a la frontera y reunirse con él, pero se retiraron después de consultarlo con el sindicato nacional, el Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, informó Héctor Garza, presidente del Local 2455 del sindicato.

 

Trump descendió de su avión en Laredo y dijo que los miembros del sindicato se retiraron porque están “petrificados y temen decir lo que está ocurriendo” en la frontera. Decenas de personas, entre manifestantes y simpatizantes, lo esperaban en tierra.

 

“¡Fuera!” y “No era insulto”, las protestas en español

 

Algunos le gritaban “¡fuera!” en español, un simpatizante tenía un letrero que decía, también en español, “no era insulto”, sobre sus declaraciones acerca de los inmigrantes.

 

Su visita generó una fuerte reacción entre algunos residentes de Laredo, que tiene una población predominantemente hispana.

 

Pedro Omar Castillo, de 72 años, dijo que Trump necesita el voto hispano para ganar en 2016 pero “no lo tendrá por sus palabras… Es un racista”.

 

Karina Villalba, de 26 años, esperó a Trump en el aeropuerto con un letrero que decía: “Escuché tu discurso y NO estoy ofendida”. Villalba dijo que aprecia la forma de comunicarse del precandidato. “A veces la honestidad duele”, dijo.

 

Trump lanzó su campaña por la nominación presidencial de su partido con un discurso en el que dijo que los inmigrantes mexicanos son criminales y violadores, desatando el debate entre los republicanos, que se intensificó tras sus comentarios despectivos sobre el servicio militar del senador de Arizona John McCain durante la guerra de Vietnam.

 

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