La Corte Suprema permitió el lunes que continúen funcionando 19 clínicas en las que se efectúan abortos en Texas, en medio de un proceso judicial que podría derivar en el cierre de más de la mitad de ellas.

 

Por votación de 5-4, los magistrados aceptaron una apelación de emergencia de las clínicas después que una corte federal de apelaciones ratificara las nuevas disposiciones para esos establecimientos y rechazara suspenderlas mientras se resuelve el recurso interpuesto ante la Corte Suprema.

 

La orden de la Corte Suprema se mantendrá vigente al menos hasta que decida si admite la apelación de las clínicas contra el fallo de la corte de menor instancia, lo cual ocurriría en los últimos meses del año.

 

La decisión de la Corte Suprema de impedir la entrada en vigencia de las nuevas disposiciones es fuerte indicio de que los magistrados examinarán plenamente la apelación de las clínicas, lo que podría convertirse en el caso de aborto más importante dirimido en el máximo tribunal en casi 25 años.

 

Si la Corte Suprema decide entrar al fondo del asunto, la audiencia y el fallo correspondiente tendrían lugar durante la campaña presidencial de 2016.

 

La decisión del magistrado presidente John Roberts y los magistrados Samuel Alito, Antonin Scalia y Clarence Thomas impide al estado proceder con las disposiciones que obligarían a las clínicas donde se hacen abortos a que adopten las mismas normas de construcción que los centros quirúrgicos.

 

Asimismo exigirían a los médicos de esos establecimientos que tengan privilegios de admisión de pacientes en algún hospital local.

 

Las clínicas afirman que la aplicación de las nuevas disposiciones propiciaría una segunda oleada de cierre de esos establecimientos a nivel estatal desde una ley decretada en 2013. Texas tenía 41 clínicas de interrupción de embarazo en 2012, ahora sólo quedan 19.