Pase lo que pase sobre la cancha del Olímpico de Berlín, este sábado, por la puerta de Brandenburgo abandonará la ciudad un club con el triplete (Copa, Liga y Champions) bajo el brazo, el color de los papelitos es el acertijo: albinegros o azulgranas. Una Final entre el artesano y el herrero. Barcelona y su propio Perseo, conocido en la modernidad como Messi, contra la eterna Vecchia Signora de muros de gruesos monolitos: la Juventus de Turín.
¿Favorito? Por inercia y demolición no hay duda: el cuadro catalán, que buscará la quinta orejona para sus vitrinas ante un clásico rival italiano, que quiere apenas su tercer trofeo de la máxima competencia europea de Clubes en su colección.
Y es que la Juve ha disputado siete Finales de Champions y sólo ha ganado dos; y a pesar de ello, ha vuelto a un Final gracias a la cultura del esfuerzo y al tan italiano catenaccio.
Esta vez no tendrá enfrente a aquel Barcelona del interminable “tiki-taka”. Hoy el club catalán es mucho más vertical, y Messi, Neymar y Suárez lo constatan. Enfrente, los héroes italianos se llaman Buffon, Pirlo y, claro el central, Giorgio Chiellini, quien está descartado para el partido.
No es que espante al conjunto italiano que tenga absoluta dependencia de su fortaleza defensiva, por el contrario, la Juve está acostumbrada a sacar petróleo durante 90, 92 o los minutos que hagan falta. No por nada el equipo albinegro apenas recibió un promedio de 0.58 goles por partido, el tercer más bajo de toda la Champions League, una estadística que contrasta con el equipo con más pegada en Europa: el Barcelona, capaz de marcar 2.33 goles en la Champions y que a cambio recibe apenas 0.83 mientras por partido.
Luis Enrique, timonel catalán, ha convocado al total de su plantilla, 23 jugadores viajarán a Berlín para la última cita de Xavi, hombre insignia del Barcelona y de la más exitosa España de todos los tiempos, que ya ha recibido una y 10 despedidas, pero que en Berlín y, si las cosas así lo permiten, seguramente pisará por última vez en la historia la playera del Barcelona como jugador activo.
La orejona que marcará un triplete, albinegro o blaugrana, un súper campeón regresará a casa como el equipo europeo más grande del presente curso futbolístico.
