MADRID. Si en algo coincide la plantilla del Barcelona es que Carlos Tévez es el mayor peligro de la Juventus. Los italianos tampoco dudan de que Lionel Messi es el jugador más determinante de los españoles.

 

 

El duelo argentino de la final de la UEFA Champions League el sábado en Berlín será breve. Lo que dure el partido. Messi y Tevez, incompatibles por personalidad para unos, necesariamente complementarios para otros, cruzarán el Atlántico horas después para defender juntos la camiseta albiceleste de Argentina en la Copa América.

 

“Que no se lesione ninguno, es lo único que me interesa”, confesó el seleccionador argentino Gerardo Tata Martino el martes a un canal de televisión.

 

La colección de títulos de Messi y Tévez es de las que quita el hipo. Suman 46 trofeos – 25 de Messi; 21 de Tévez – contando los recientes dobletes de Liga y Copa de Barsa y Juve. Los dos saben lo que es ganar la Liga de Campeones. Por caminos muy diferentes, han triunfado en el viejo continente y viven una segunda juventud.

 

Tévez, de 31 años, ha encontrado en Italia el protagonismo que fue perdiendo en Manchester United y Manchester City. Messi, de 27 años, ha recuperado la chispa y el hambre después de una temporada complicada y la dolorosa derrota de Argentina en la final del Mundial de Brasil.

 

“¿Mi duelo con Messi? No, debemos hablar del Juve-Barcelona más que de Messi y yo. Pero este es el folclore del fútbol”, admitió recientemente Tévez, sin querer incidir en la rivalidad entre ambos. “Messi y yo somos compañeros en Argentina y los dos queremos ganar la Champions”.

 

El Apache Tévez, el llamado jugador del pueblo, ha sido muchas veces y probablemente sin quererlo un arma arrojadiza contra Messi. Argentina ha visto en Tévez al futbolista que progresa desde lo más bajo para triunfar en Europa. En contraposición a Messi, que se formó en España desde niño. Este argumento, junto al carácter más retraído y tímido del astro del Barsa, se ha usado para cuestionar el compromiso de Messi con su país.

 

La relación personal entre ambos también ha generado muchas especulaciones. Los dos compartieron vestuario en los Mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Pero Tevez se quedó fuera de la lista de Brasil, a pesar de que era el máximo artillero del fútbol italiano. La prensa argentina apuntó al veto de Messi por un conflicto personal de egos. Después se dijo que la decisión era táctica. Que Tévez restaba a Messi y no encajaban en un mismo once.

 

Es cierto que ocupan espacios similares. Tanto en Juventus como en Barcelona se mueven con libertad en la media punta. Tévez ha ido retrasando la posición de centro delantero que ocupaba, mientras que Luis Enrique ha devuelto puntualmente a Messi a la banda derecha. Pero más allá de la táctica, son futbolistas determinantes, como mucho gol y peso en el vestuario.

 

“Tévez es un ganador terrible que dejó huella y marcó época en todos los equipos en que jugó”, dijo su rival el sábado pero compañero de selección Javier Mascherano. “Tienes que tener mucho cuidado con él, porque le gustan este tipo de partidos. Es de los mejores jugadores con los que he compartido cancha”.

 

“El Barsa es el equipo más fuerte del mundo y tiene a los tres mejores delanteros del planeta”, comentó Tévez en referencia al tridente Messi, Neymar y Luis Suárez. “Deberemos trabajar mucho y hacer un partido perfecto”.

 

Una de las primeras decisiones de Martino como técnico argentino fue recuperar a Tévez. Las dos estrellas son compatibles, en su opinión. Y la Copa América de Chile, que arranca el 11 de junio, será el tercer gran torneo internacional en el que vuelven a probar suerte juntos.

 

“Uno va a ser el nueve y el otro el siete”, señaló Martino sobre la idea que tiene en mente. “La sensación que tengo es que con un poco de orden, Messi y Tévez pueden complementarse bien”.

 

 

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