La teoría del caos nunca fue mejor explicada. Santos y Querétaro jugaron al suicidio colectivo. Cada uno tuvo sus 90 minutos y, al final, el resultado fue un banquete de vértigo. Matar o morir. Qué importa la táctica, el orden, la formación; si Santos hizo cinco en el primer partido, por qué Gallos no podría en el segundo. Vaya. Si Santos se fue 3-0 en los primeros 45 minutos de Torreón, ayer los de Vucetich le igualaron en su primer lapso. Aunque al final, Santos es el nuevo campeón (3-5 global).

 

Todo es cuestión de creer, de fe; y Gallos salió con ambas bien puestas, mientras el nervio convertía en carnívoras a las mariposas en las entrañas del técnico Caixinha y sus Guerreros. Después de todo el plan se planteaba perfecto para el local: un gol prácticamente cada 10 minutos.

 

 

Primero con Mario Osuna al minuto 10 de penalti, luego el de Yasser Corona de cabeza al 20, para cerrar, con el tercero de Ángel Sepúlveda al 37, el primer lapso con una Corregidora delirante por el 3-0 local (3-5 global) cuando se fueron al descanso.

 

Querétaro merecía una noche loca, de explosión en la garganta y Vucetich la obsequió a la grada sobre el 60con la entrada de Ronaldinho.

 

El pánico de Santos fue sangre vital para el gallo. Caixinha y su pasado de valiente forcado lo hacía sufrir en la banca. Gritos, manoteos, desesperos. El portugués intentó todo, pero su equipo se convirtió en dibujo animado respecto al de la Ida en Torreón.

 

Errores y goles. No quedó la menor duda. Se jugaba una estrella pegada en el escudo. Histórica para una ciudad acostumbrada a la maldición de ver descender a sus colores, de hecho la única Final que se había jugado en La Corregidora se remontaba a 30 años atrás, y con equipos ajenos (América y Pumas en 1985).

 

Enfrente, Santos palideció al ver que se escurría la más grande ventaja conseguida en la historia de las Liguillas. El peligro de no contabilizar el quinto campeonato en su historia y dejar muy claro por qué nunca se había coronado cuando no cerraba en su estadio.

 

Estadio abarrotado. Para ellos su equipo fue campeón. Ilusionó, luchó, se entregó y si no levantó el trofeo fue porque el 5-0 de la ida no pudo convertirse en el nuevo marcador a favor más engañoso del futbol, por más que Santos se empeñó.

 

Santos se coronó por inercia, porque la locura del futbol le dejó menos apretada la camisa de fuerza. No hay duda, es el nuevo campeón, tiene ya cinco estrellas. Aunque en la euforia de los brincos, los papelitos y la foto con el trofeo al cielo siempre estará aquello de que Gallos, en verdad, qué susto les pegó.

 

 

Mario Osuna quiere iniciar la hazaña

 

 

Mario Osuna convirtió un penal a los 10 minutos para inyectar ánimos al equipo que necesita cuatro goles más para forzar a tiempo extras.

 

 

Yasser y la ilusión

 

Llegó Yasser Corona para rematar y poner el 2-0 a los 22 minutos de tiempo corrido e icrementar la esperanza.
       

Se gesta un milagro en La Corregidora

  Ángel Sepúlveda anotó el 3-0 para Querétaro a los 38 minutos, y se gesta un milagro en La Corregidora, los Gallos Blancos necesitan dos goles más.