“Huele mal” pero científicos italianos desarrollan el que podría ser un efectivo remedio para tratar padecimientos tan graves y comunes como la gastritis e incluso ayudar en el tratamiento de la obesidad y la diabetes.

 

Se trata de un transplante poco ordinario pero que ha alcanzado 90% de efectividad en algunos tipos de colitis: las heces de una persona sana trasplantadas por enema o lavado estomacal en el colon de una persona enferma.

 

El secreto está en la microbiota, el recubrimiento de bacterias “buenas” que genera el cuerpo humano y que le sirve para protegerse de infecciones o enfermedades. Los científicos las obtienen de las heces fecales “tratadas” y después la implantan en una persona enferma, para que su cuerpo absorba esta microbiota y pueda protegerse.

 

Las heces fecales son donadas por una persona bajo las mismas condiciones o requerimientos con las que alguien dona sangre: de una persona sana, que no tenga comportamientos de riesgo (por ejemplo, diferentes parejas sexuales o que practique el sexo sin seguridad).

 

El médico general recoge el producto de un día de evacuaciones, las envía al laboratorio donde estas son limpiadas, desinfectadas y “preparadas” y después, se lleva a cabo el transplante.

 

El transplante se lleva a cabo de la misma forma que un “enema” o un lavado estomacal y puede llevarse a cabo dos o tres veces a la semana, de acuerdo con las necesidades del paciente.

 

“Empezamos a ver la importancia de la microbiota en la salud; por ejemplo, con la colitis inflamatoria, en lugar de darle un fármaco antiinflamatorio al paciente, podemos hacerle un transplante fecal, también podemos utilizarlo para tratar la obesidad”, señaló el científico italiano Franco Scaldaferri, pediatra e investigador del Hospital Gemelli de Roma, donde está llevando a cabo la investigación clínica sobre el trasplante fecal, en el marco de la Tercera Cumbre Sanofi 2015.

 

“Quizá podamos pensar en un mundo en que la terapia bacterial se puede hacer por medio de la dieta y como última opción podemos llegar a utilizar antibióticos y trasplantes de la microbiota fecal”.

 

obo