BALTIMORE. No hay vendedores de cerveza o maní en las gradas. Tampoco hay  público para alentar a los equipos.

 

El estadio Camden Yards es escenario de una situación sin precedentes, los Orioles de Baltimore y los Medias Blancas de Chicago juegan  el que se cree es el primer partido a puerta cerrada en los 145 años de historia del béisbol de Grandes Ligas.

 

Una ola de saqueos y disturbios en los alrededores del estadio obligó a posponer los dos primeros partidos de la serie, y llevó a la alcaldesa de Baltimore a imponer un toque de queda entre las 10 p.m. y 5 a.m. Así que los funcionarios del béisbol decidieron que la única manera de jugar el último partido de la serie era mantener los portones cerrados al público y adelantar la hora de inicio por cinco horas, a las 2:05 p.m.

 

A las 10 a.m. (hora local)  del miércoles, sólo había un portón abierto en el estadio, el que permitía acceso a la prensa. El palco de los periodistas estaba casi lleno unas tres horas y media antes del primer lanzamiento.

 

Todos los otros portones estaban cerrados con candados. Adentro, los trabajadores preparaban el terreno de juego.

 

“Todas las decisiones en Baltimore fueron motivadas por el deseo de garantizar la seguridad de los fanáticos, jugadores, umpires y obreros del estadio”, escribió en un correo a la AP el comisionado del béisbol Rob Manfred. “Sólo empezamos a contemplar los asuntos de la competencia y del itinerario después que tuvimos la certeza de que esas preocupaciones habían sido atendidas”.

 

 

 

 

Jugar en un estadio vacío fue la última alternativa.  

 

Esta es la única visita de Chicago a Baltimore esta temporada. Los otros dos partidos serán disputados en una doble cartelera el 28 de mayo, pero no había ninguna fecha disponible para el tercer encuentro.  

 

 

El escenario sin duda será extraño para el béisbol, aunque en otros deportes como el fútbol no es inusual que los equipos jueguen a puerta cerrada por sanciones disciplinarias.  

 

El sonido del bate al golpear la pelota se escuchará más fuerte que nunca, y el ruido de los lanzamientos al azotar el guante del receptor resonará por todo el estadio.  

 

Y cuando haya un batazo de foul, no habrá nadie en las gradas para correr detrás de la pelota.    

 


“Sin duda que es algo sin precedentes”, comentó el manager de los Orioles, Buck Showalter.

 

El Salón de la Fama del Béisbol y John Thorn, el historiador oficial de Grandes Ligas, no encontraron evidencia de que un partido de Grandes Ligas haya sido jugado a puerta cerrada.

 

Desde 1987, e partido con menor asistencia fue 746 fanáticos, cuando los Medias Blancas recibieron a Toronto el 9 de abril de 1997 en Comiskey Park, según STATS. El partido en Nueva York entre los Yanquis y los Medias Blancas, el 22 de septiembre de 1966, tuvo una asistencia oficial de 413.

 

Thorn dijo que la menor cantidad de público para un partido de Grandes Ligas parece ser seis personas, cuando Worcester recibió a Troy en un encuentro por la Liga Nacional el 28 de septiembre de 1882.

 

Los fanáticos podrán ver el partido por televisión.

 

Baltimore atraviesa una ola de saqueos y disturbios que empezaron el lunes, horas después del funeral de Freddie Gray, y un hombre negro de 25 años que sufrió una lesión fatal de la espina dorsal mientras estaba detenido por la policía.