Eduardo Tomás Medina Mora Icaza recibió ayer la bienvenida por parte de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como nuevo integrante del Pleno. En su discurso de recibimiento la ministra Olga Sánchez Cordero subrayó que el trabajo del juez constitucional es arduo y constante sobre todo para llegar a comprender la defensa de los derechos humanos.

 

Resaltó que se requiere de un alto grado de sensibilidad y humanismo, pues a través del derecho se resuelven muchos problemas de índole político, por lo que se demanda imparcialidad y neutralidad institucional del juzgador.

 

“Ser juez constitucional es ser también un árbitro entre los diversos y diferentes poderes que existen en un Estado de derecho; se requiere también del alto grado de sensibilidad y humanismo, de refinamiento teórico, pues se resuelven a través del derecho, conflictos que muchas veces tienen su origen político; y por ello, quizá más que cualquiera otra cualidad, se requiere de imparcialidad y de neutralidad institucional”, dijo con tono enfático.

 

Le explicó al nuevo ministro que la transformación constitucional comienza en lo individual y significa un compromiso muy amplio, el cual se verá reflejado en la determinaciones de sus sentencias y la emisión de sus votos, o en su caso, la defensa de sus veredicto aún en contra del resto de sus pares.

 

“El camino que lleva a convertirse en un juez constitucional, es un camino que pasa por comprender que se es guardián de la Constitución y que eso significa defender los derechos humanos de todas las personas, de todas aquellas que acuden a esta instancia, realizando a forje de sentencia, la justicia más elemental”, dijo Sánchez Cordero.

 

La ministra le recordó que hace 20 años, cuando ella llegó al Poder Judicial Federal, las reglas en la defensa de los derechos humanos y el reconocimiento de las garantías para los individuos eran más que meros tecnicismos que se perdían en las normas y las leyes, pero con trabajo y ahínco ese paradigma se fue modificando.

 

Reconoció que para llegar hasta la transformación de la SCJN a la que ahora Medina Mora accede, y que ella tendrá que abandonar en noviembre próximo, fueron necesarias reformas constitucionales, acuerdos políticos y cambios culturales y sociales.

 

“Como sabemos, en México muchas personas desde los más variados y diferentes frentes hemos trabajado duro para hacer posible la existencia de un tribunal constitucional fuerte e independiente como hoy lo conocemos”.

 

Para llegar hasta lo que esta institución nos representa han sido necesarios cambios y reformas constitucionales y legales, acuerdos políticos, pero también cambios culturales, de rompimiento de paradigmas, de mentalidad y de actitud”, resaltó la ministra.

 

En su mensaje, Medina Mora reconoció la gran responsabilidad de formar parte del Máximo Tribunal del país, y prometió no escatimar en esfuerzos para poder cumplir cabalmente con la labor encomendada.

 

Hizo mención a que en la Corte de Estados Unidos, el nuevo ministro participa desde el primer día en la toma de decisiones, pero también recibe la orden de servir el café a sus pares, tarea que él haría con gusto a los ministros de la Corte.

 

“…que el miembro más reciente participa en igualdad de circunstancias con sus pares en las deliberaciones, pero además existe la costumbre de que sirva el café a sus colegas, una práctica enteramente digna, yo estaría más que dispuesto a hacerlo sin reserva alguna”, dijo Medina Mora.