Después de tantos dimes y diretes, María Antonieta de las Nieves prefiere contar su historia a través de una autobiografía que salió a la venta esta semana. A lo largo de las páginas, cuenta lo doloroso que fue salir del programa, reconoce que fue una decisión apresurada y que era un momento complicado, pues estaba en los últimos meses de su embarazo.

 

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El libro se titula Había una vez una niña en una vecindad, de Editorial Planeta, que decidió publicarlo para darle voz a La Chilindrina y que ésta narrara todo lo que vivió en uno de los programas de televisión más importantes de nuestro país. La actriz describe el momento en que decide irse:

 

“Honestamente, me costó mucho trabajo decidirme a dejar a Chespirito, pero si con él ganaba 100 pesos a la semana, en canal 13 iba a ganar 2 mil pesos por programa, o sea, mil pesos por semana. Todos cometemos errores”.

 

La actriz sabe que se equivocó, pero en aquel entonces pensó más en sus necesidades personales que en su futuro. La Chilindrina cuenta que siempre tuvo una buena relación con Roberto Gómez Bolaños y Graciela, su primera esposa, con quien tenía una especial confianza y la consideraba como su segunda madre.

 

De hecho, le pidió consejo para dejar el show y acabó dándole la razón y la consoló en medio de las lágrimas, ya que como no tenía la guía de una madre, confiaba en ella por completo.

 

Chespirito se quedó triste por la decisión de dejar el proyecto, pero entendió la situación.

 

Hoy recuerda como si fuera ayer, el día en que grabó su última escena con El Chavo del 8: “La última toma fue un gran close up de mi barriga, que ya era de ocho meses de embarazo. Claro, se suponía que la barrigota se me había formado por haberme comido todo el pastel. Cuando el jefe de piso contó los consabidos cinco, cuatro, tres, dos y dio la señal de empezar a grabar, entonces mi hijo Gabriel, obviamente todavía en mi vientre, hizo su debut televisivo, se empezó a mover con tanta fuerza que juré que lo había captado la cámara”.

 

Una vida llena de sinsabores, pero también muchas satisfacciones, todo parte de… el precio de la fama.

 

Hay más… pero hasta ahí les cuento.