Ya escuchamos la versión del periodista Fernando del Rincón donde dice que los guardias de la Primera Dama, Angélica Rivera, lo maltrataron y querían arrebatarle su celular por haberle tomado unas fotografías.
Fernando alegó que eso era un abuso y exige una explicación, porque pasaron por encima de las normas de convivencia dentro de un restaurante, se mostró indignado por la manera en que lo abordaron para pedir que borrara las fotografías, asegurando que eso era un abuso que no iba a tolerar ni como periodista, ni como mexicano que vive en el extranjero.
Incluso es conductor de un noticiario en CNN y usó su espacio Conclusiones para denunciar los hechos, usando calificativos fuertes y señalando que esos actos eran ilegales en Estados Unidos.
Total, que nos pusimos a averiguar y como siempre pasa hay otra parte de la historia y todo indica que cuando Fernando descubrió que en el mismo restaurante estaba Angélica Rivera empezó a tomar fotografías, y los encargados del lugar le pidieron que se abstuviera de tomarlas porque no estaba permitido. El periodista no hizo caso y entonces le pidió a su amigo que accionara la cámara, pero eso sí, no perdió oportunidad de aparecer en las imágenes con cara de “me estoy pasando de vivo”.
Nuevamente le llamaron la atención y le dijeron que si quería una foto se la darían al final y con gusto accedería la Primera Dama, pero nuevamente hizo caso omiso de la petición y de pronto se paró frente a la mesa a tomar fotos de Angélica, quien posaba con sus hijas para retratarse y fue por eso que le pidieron que borrara las imágenes donde estaban las menores, pero nunca se lo quitaron, ni siquiera lo tocaron.
Angélica estaba pasando una tarde en familia con sus hermanas y sus dos hijas, ya que Sofía Castro no estaba presente. Me aclararon que el Estado Mayor Presidencial no estaba dentro del lugar y sólo lo abordaron a la salida para evitar que la foto de las niñas quedara en su móvil.
Total, que ahí tienen las dos versiones y ustedes decidan, pero antes hay que hacer memoria de la carrera de Fernando del Rincón, quien siempre ha estado en medio del escándalo a nivel personal y profesional.
Hay más… pero hasta ahí les cuento.