No sé si de repente te has sentido como saturado, cansado, como si estuvieras cargando en tu espalda con todo lo acumulado del año que está por concluir. Puede haber sido un año muy lleno de cosas buenas y otras no tanto que han sido un poco complicadas de procesar y digerir, y que justo en esta temporada de cierre se nos hace más pesado por toda la energía emocional que se remueve al terminar un año.

 

Personalmente he sentido el peso de cargar cosas que yo misma me he impuesto, muchas veces sin darme cuenta y sin hacer conciencia de todo aquello que me exijo para sentirme bien, pero que con el paso del tiempo el costo que implica mi propia auto exigencia hace que la carga sea mucho más pesada. En especial sucede cuando no aprendemos a delegar responsabilidades, ya que pensamos que sólo nosotros sabemos cómo hacer las cosas “bien”, tratando de resolver casi todo para que quede justo como nosotros lo esperamos.

 

CANSANCIO-585x300

 

La carga se incrementa cuando queremos “controlar” absolutamente todo lo que pasa a nuestro alrededor sin que nos demos cuenta de que en realidad no controlamos nada.

 

Además de lo anterior, si por circunstancias de la vida has perdido a alguien muy especial, querido y cercano a ti en este año, las cosas se complican un tanto más, ya que la energía se drena aún más, te puedes llegar a sentir totalmente cansado y vencido pues ya no encuentras fuerzas para seguir controlando y haciendo “todo” tú porque emocionalmente estas desgastado.

 

Es aquí cuando hay que soltar los amarres, como un barco que deja que el viento impulse sus velas y lo lleve libremente, confiando en llegar a buen puerto y dejando sólo que la vida sea… Esto es lo que yo defino como ponerme en off. El apagar un rato, dejar en stand by unos días a mi mente analítica y controladora que no me deja relajar completamente el cuerpo y descansar a pierna suelta. Es en este estado en que la aceptación de que yo no controlo nada está presente en mí, porque me doy cuenta de que no puedo y no quiero seguir intentando controlar, es cuando realmente me dejo ir saludablemente y decido que me rindo a la vida y fluyo con lo que hay, sólo dejando que las cosas sucedan sin tratar de acomodarlas a mi beneficio o manera de ver la vida, sino sólo dejándome sentir, aceptando que las cosas van a suceder como tenga que ser sin que yo trate de imponerme frente al mundo.

 

Sólo fluir, descansar la mente y el cuerpo es lo que yo defino como ponerme en off, y así poder recargar baterías para lo que venga, tomando nota y aceptando que la vida suceda, con un buen libro a mi lado, música y un espacio donde pueda dejarme estar así… en off. Es un hecho que para una persona con la obsesión del control esto no resulte tan sencillo de hacer, pues es ir en contra de la naturaleza individual de su forma de ser y conducirse en la vida; sin embargo, poner la intención en soltar y entregar el control al universo cada vez que nos demos cuenta que queremos volver a caer en él, es ir tratando de hacer la transformación para vivir más ligero y sin tanta presión autoimpuesta, aprendiendo realmente a fluir con lo que el universo tiene para nosotros.