WASHINGTON. Los líderes republicanos del nuevo Congreso que Estados Unidos inaugurará en enero, John Boehner (Cámara de Representantes) y Mitch McConnell (Senado), adelantaron su agenda legislativa en una carta publicada en el Wall Street Journal.
Revocar la reforma sanitaria, modificar la política impositiva, enfrentar la amenaza yihadista, promover las escuelas particulares subvencionadas, y reducir la deuda pública serán las prioridades del nuevo Congreso controlado por los conservadores.

 

“La clase media estadunidenses está claramente frustrada por la creciente falta de oportunidades, el estancamiento de los salarios, y un gobierno que parece incapaz de hacer las tareas más básicas”, diagnosticaron los republicanos tras la rotunda derrota que su partido infligió a los demócratas en las elecciones legislativas del martes.

 

La reforma sanitaria de Barack Obama, aprobada cuando los demócratas controlaban ambas cámaras en 2010, es la norma de la legislatura más significativa de su Presidencia y también la que suscita una oposición más acérrima entre la oposición, conjurada ahora en buscar su retirada.

 

“Renovamos nuestro compromiso en revocar el Obamacare (como se conoce popularmente la reforma), que perjudica al mercado laboral y también a la atención sanitaria de los estadunidenses”, subrayan en su misiva conjunta.

 

En su larga carta destaca una ausencia clave: ni una sola referencia a la inmigración, tema clave de la Presidencia de Barack Obama, que no ha podido sacar adelante su prometida reforma por el bloqueo republicano en la Cámara de Representantes.

 

Los líderes del nuevo Congreso, ante un electorado preocupado por que las futuras generaciones vivan por primera vez peor que sus padres, aseguran que sus primeras medidas se centrarán en la economía y el empleo.

 

Se trata de leyes que “eliminan barreras para la creación de empleo y reducen los costes energéticos para las familias”, señalan.

 

Permitir que estas medidas salgan adelante sería, en su opinión, “la oportunidad de Obama para empezar los últimos años de su presidencia dando pasos hacia una economía más fuerte”.

 

Entre esas normas destaca la autorización del controvertido oleoducto Keystone XL, para el transporte del crudo de los yacimientos de arenas bituminosas de la provincia de Alberta (Canadá) a las refinerías estadounidenses.

 

Otras medidas en la agenda republicana son la ley para promover el empleo de veteranos de guerra y acabar con la “excesiva regulación” y las “demandas frívolas” que incrementan, a su juicio, los costes para las familias e impiden el crecimiento de la economía.

 

La reducción de la deuda pública, uno de sus grandes caballos de batalla, también aparece entre sus prioridades.

 

Boehner seguirá en enero como líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, ampliada tras las legislativas, y McConnell pasará de liderar la minoría de su partido en el Senado a ser el jefe de la nueva mayoría en la Cámara Alta.

 

“Los escépticos dicen que nada saldrá adelante en los próximos dos años. Como servidores elegidos por el pueblo, haremos nuestro trabajo para demostrar que los escépticos están equivocados”, concluyen.

 

A partir de enero Obama enfrentará sus últimos dos años en la Casa Blanca con el Congreso más hostil de su Presidencia, controlado completamente por los republicanos, que desde que se hicieron con la Cámara de Representantes en 2010 le han impedido cumplir con su ambiciosa agenda legislativa.