Los periodistas argentinos Hugo Alconada Mon y Mariela Arias del diario La Nación fueron la dupla ganadora del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación 2014, entregado en Ciudad de México durante la celebración de la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin) el pasado fin de semana.

 

 

El trabajo ganador lleva por título “El señor de los hoteles (y el socio de la Presidenta)” y se centra en desentrañar la madeja de conexiones y pagos millonarios a hoteles de la familia presidencial argentina por parte de Lázaro Báez, un empresario beneficiado con cuantiosos contratos de obras públicas.

 

 

Sin embargo existió la posibilidad de que el jurado no hubiese podido fallar por el trabajo de los argentinos: “La verdad fue una situación un tanto insólita porque no pensaba postularlo. El año pasado postulé otro trabajo sobre el vicepresidente que terminó siendo procesado y sólo obtuvo una mención honorífica, por eso no tenía ganas de participar. Pero mi esposa insistió mucho y se lo agradezco porque ganamos”, comentó Hugo Alconada después de la premiación.

 

Alconada es poseedor de una notable trayectoria periodística con libros como Los secretos de la valija (2009), Las coimas del gigante alemán (2011) y Boudou, Ciccone y la máquina de hacer billetes (2013), que le han valido reconocimientos como el “Pedro Joaquín Chamorro” (Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, 2009), los de “Transparencia Internacional – IPYS” (2009, 2010, 2011 y 2013) y el Grupo de Diarios de América (GDA, 2012), entre otros.

 

 

“Demostramos los negocios de la presidenta argentina. Mostramos con evidencias que Lázaro Báez, el principal empresario de obras públicas como la construcción de carreteras, rutas y demás en la Patagonia argentina, obtuvo contratos por más de 1200 millones de dólares. Al mismo tiempo que manejó esos contratos, a través de ocho de sus empresas, pagó más de 1100 habitaciones por mes, durante años, en los hoteles de la presidenta. Por supuesto que sin jamás usar esas habitaciones”, sintetiza el periodista uno de los hallazgos de la investigación.

 

 

-¿Cuándo obtuvieron el dato que inició la investigación?

 

El primer indicio sobre uno de los protagonistas de esta historia, un empresario ignoto de la Patagonia argentina llamado Lázaro Báez, fue por agosto de 2008. Ya la tarea de buscar datos duros, de manera sistemática, sobre sus negocios tomó cinco años y la investigación dura sobre la operación de los hoteles de la presidenta, en particular, nos llevó dos años.

 

-¿Qué técnicas especiales se usan en este tipo de trabajos?

 

Fue un proceso de largo aliento en el cual se combinan técnicas habituales como entrevistas de manera regular, la utilización masiva de búsqueda por internet, el uso intensivo de bases de datos y la colaboración clave de un ingeniero en sistemas llamado Ricardo Pron que trabaja para nuestro diario. Muchas veces yo le llevo cosas raras, papeles o lo que fuera y él es quien logra convertir el material crudo en información útil. Entonces muchas veces terminamos en una dinámica donde le entrego datos y él me dice a partir de esto que más debemos buscar. A veces soy como el ‘niño de los recados’ al cual mandan a buscar información que permitan complementar.

 

-¿Cuál fue el primer eje en las complejas relaciones entre el Poder Ejecutivo y este empresario?

 

Uno veía al Estado nacional dándole contratos de obras públicas a este empresario y luego al empresario llenando los hoteles de la presidenta. Ese fue el primer eje. Otro elemento que descubrimos fue que un porcentaje de esas habitaciones las llenaban con estos contratos y otro porcentaje lo hacían con la empresa estatal Aerolíneas Argentinas y, a todo eso, se le sumaba luego los pocos que realmente estaban en las habitaciones. En un momento dado en los registros hoteleros figuraba un teórico 100 %  de ocupación pero todos los que iban allí, nos decían que estaba semivacío. Claro que contablemente los ingresos están, pero nosotros podíamos verificar realmente qué estaba ocurriendo porque teníamos los gastos de lavandería y jugos de naranja del hotel.

 

-¿Pudieron desentrañar el caso de corrupción con las facturas de lavandería de los hoteles?

 

Si dices que tienes 100 % de ocupación tienes que lavar montones de toallas, sábanas y que cuando vez que los gastos de lavandería no coinciden con ese 100%, algo está pasando. O no tienes el 100%, o eres un roñoso que no lava las sábanas. Todo lo hotelero se combinó con un segundo tema que era el inmobiliario porque terminamos encontrando que este mismo empresario alquilaba múltiples inmuebles, viviendas del matrimonio presidencial para dárselo a los ejecutivos de sus empresas. Las alquilaba sólo a la pareja presidencial y siempre con un valor superior al del mercado.

 

-¿Cuál es la otra irregularidad que consiguieron en la investigación?

 

Báez le compró muchos inmuebles al propio matrimonio presidencial, en un solo año le compró nueve. Y a esto se suma un cuarto eje que era que este empresario comparte, es condómino, de una propiedad de 87000 metros cuadrados de la presidenta. En definitiva encontrabas a la Presidencia argentina dándole contratos multimillonarios a un empresario y éste devolvía parte de ese dinero con reservas hoteleras, compra o alquiler de inmuebles y hasta como copropietario de un inmueble.

 

-¿Qué consecuencias tuvo este trabajo para el Poder Ejecutivo argentino?

 

Se trata de delitos graves como lavado de activos, tráfico de influencia, dádivas y evasión tributaria agravada. La Presidencia de la Nación terminó admitiendo la relación, dijeron que era un negocio entre privados con lo cual no había nada raro. El empresario pidió una medida cautelar en mi contra para tratar de impedir que siguiera publicando porque decía que todo esto estaba basado en papeles privados de sus empresas, con lo cual admitía que todo es cierto. Al mismo tiempo se abrió una investigación criminal en la ciudad de Buenos Aires por la cual se ordenaron allanamientos, es decir, ingresaron autoridades judiciales en las empresas de Lázaro Báez para buscar documentación y hoy hay una investigación criminal abierta contra este empresario.

 

 

-¿Cuál cree que es la principal diferencia entre el periodismo diario y las labores de investigación?

 

El periodismo diario tiene múltiples aristas positivas, lo hice mucho tiempo, pero es una suerte de carrera de 100 metros mientras que el de investigación es distinto. Es un fondista, un maratón. Muchas veces te llevas un trabajo a casa durante meses o años, te encuentras con callejones sin salida y, de repente, un golpe de suerte te permite avanzar. En este caso nosotros llevábamos un buen tiempo investigando y, en un momento dado, publicamos un artículo periodístico vinculando a este empresario con una empresa donde encontramos una serie de irregularidades. Esa nota periodística despertó una fuente que nos dio el dato clave de cómo avanzar, es decir, nos dio la brújula para entrarle al caso.

MG