Lo que en su inicio fue -y en espíritu sigue siendo- un proyecto de ley que beneficia a los niños, las niñas y jóvenes mexicanos, se ha convertido en una muy velada manera de abrir puertas a políticas que lejos están de proteger a éstos; las manipulaciones propuestas sobre la redacción original, buscan dejar en ley textos que serán utilizados en futuros embates de la torcida agenda internacional que pretende minar el más importante bastión de resistencia social: la familia.

 

Mediante su aceptación -si llega a ser el caso- tal cual salió redactada de la Cámara de Senadores, otorga derechos sexuales a quienes todavía no alcanzan un desarrollo de ninguna índole, se abre la puerta a que adultos, amparados por dicha ley, aprovechen lo que se maneja como un derecho para abusar de menores, casándose, teniendo relaciones sexuales entre ellos, mutilándolos, forzándolos a que aborten, manipulándolos para que se “cambien” de sexo y cuanta “metralla” pueda existir en la mente de personas que lo último que quieren es el bienestar de los menores.

 

Además buscan, y esto también es muy delicado, manipular, absorber y dirigir la educación de los niños, niñas y jóvenes tomando el control para adoctrinarlos en tema de valores y poniéndolos en manos de políticas internacionales de muy dudosa calidad moral, retirando este derecho a los padres de los menores.

 

Afortunadamente ya hay una voz de alerta; organizaciones sociales, asociaciones nacionales de padres de familia, grupos religiosos, ONG han solicitado cambios a la redacción de dicho documento. Por lo pronto, ya en la discusión en comisiones de la Cámara de Diputados, se reservaron varias fracciones de la ley, y se discutirán y votarán hoy, martes 21, en el Pleno.

 

La idea y el deseo es que se hagan los cambios necesarios, y así cerrarle la puerta a terribles manejos que únicamente están esperando que se abra un pequeño resquicio para incrustar leyes que permitan manipular futuras generaciones , que se proteja de manera transparente y eficaz al futuro del país.

 

Es por esto que en medio de otras importantes tribulaciones gubernamentales se debe de tener muy de cerca lo que decidan hoy, cuál será el destino final de una ley que, como dije al inicio, debe de existir pero respetando su esencia, es decir, que cumpla con proteger a los futuros mexicanos. De no ser así, el gobierno estará abriendo otro frente y éste con el más grande colectivo que tiene la nación, me refiero a los padres de familia.