La organización de Guerreros Unidos, dedicada a la producción y trasiego de drogas sintéticas, al secuestro y a la extorsión, es una de las principales generadoras de violencia en Guerrero, Morelos y el Estado de México.

 

Se le vincula con casos como el de Tlatlaya, en el que 22 de sus miembros habrían sido asesinados, y con el plagio del empresario hotelero Rigoberto Payán, rescatado con vida en julio pasado.

 

El cártel surgió en el 2011, cuando se separaron del cártel de los Beltrán Leyva a quien servían como brazo armado, y que de inmediato fijó su rivalidad con Los Rojos, que también servía a los Beltrán Leyva en Guerrero.

 

Su fundador Cleotilde Toribio Renteria, alias El Tilde, fue detenido en julio de ese año y se pensaba que el grupo no permanecería, pero poco a poco fue ganando territorio de manos de otros líderes como Mario Casarrubias Salgado, detenido a finales de abril y a quien se le atribuía el trasiego de drogas a Chicago, EU.

 

Con su expansión se intensificó la pugna con grupos como Los Caballeros Templarios y Los Rojos en Guerrero, así como con La Familia Michoacana en el Estado de México, lo que ha sido reconocido por el procurador mexiquense Miguel Ángel Contreras.

 

Diversos integrantes de Guerreros Unidos han sido detenidos por secuestro Uno de los casos más recientes fue el del empresario Rigoberto Payán, que fue rescatado por las autoridades. De este caso se detuvieron a tres hombres y otros cinco permanecen prófugos.

 

Otro caso en el que están involucrados es el del plagio de tres personas que mantenían cautivas en una bodega en Tlatlaya, Estado de México, y en el que 22 de sus integrantes habrían sido asesinados por un convoy del ejército en una acción extrajudicial.