Cuando se habla de Crisanto Grajales Valencia regularmente se habla de sus marcas, sus logros, de la figura que es en el Triatlón mexicano, candidato fuerte a ser el ganador del primer oro en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.

 

Pocos saben que es un tipo de familia, que empezó en esta disciplina a los nueve años, que sí piensa casarse y que, por el momento, cursa en línea la Licenciatura en Educación Deportiva.

 

Crisanto era un niño muy inquieto en su infancia, por eso sus padres, Crisanto Grajales Landa y Guadalupe Valencia Lara, lo metían a cuanto deporte se podía y encontró en el triatlón su gusto y amor por la disciplina, pero nunca soñó hasta dónde iba a llegar.

 

“Nunca me pasó por la cabeza lo que ahora es mi trabajo. Hice cosas de mi edad, atletismo, futbol, basquetbol, karate, muchos deportes, pero siempre hice la carrera. Entonces como niño eso me calmaba, me ayudaba.

 

“En el triatlón la natación me costaba y me sigue costando. Parecía un gato en el agua, no me gustaba y obviamente lo hacía porque es parte del triatlón”, expresa el atleta.

 

Crisanto recordó que su primera competencia fue en la Normal Veracruzana, donde ganó su categoría y en general quedó segundo lugar, por debajo de Giancarlo Mota Valenzuela.

 

“Y así empezó toda esta historia”, añadió.

 

En familia

 

PAG-22-CRISANTO-GRAJALES-5Sonríe con cierta aceptación y resignación que a su familia la ve poco.  “Sí se extraña a la familia, es algo que tienes que sacrificar, pero ya nos medio acostumbramos, agarramos la onda de que esto es el trabajo y de que ya habrá tiempo. Los veo muy poco por los campamentos o competencias, y menos los veo en el Ciclo Olímpico porque hay que estar compite y compite. El mayor tiempo que los veo es a finales de año, porque termina mi temporada”, comentó.

 

“Los fines de semana que está más tranquilo, tratamos de estar juntos, salir a comer, cenar o ir al cine”, acotó.

 

El amor

 

A sus 27 años, el triatleta veracruzano no piensa en una vida en pareja; es más, ni novia tiene.

 

“Pero seguro sí me caso, cuando termine mi carrera como a los 60 años (risas). Para el triatleta élite, una edad en el que ya dice uno: ‘ya estuvo y ya no estamos para esos trotes’, es alrededor de los 34 y 35 años”, indicó. Lo cierto es que prefiere una mujer inmersa en el deporte, aunque no necesariamente en el triatlón.

 

“Es que te entiendes más. Estaría chido que fuera de otro deporte, pero sí que hiciera algo”, externó.

 

Se prepara para el futuro

 

Sabedor de que en algún momento el triatlón llegará a su fin, Crisanto se alista para ese futuro y estudia en línea la licenciatura en Educación PAG-22-CrisantoGrajales-AntorchaPanamericana-12Deportiva en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz. Ya va en el cuarto cuatrimestre.

 

“Pero la verdad me lo llevo muy tranquilo por los horarios; llego a casa y lo que quiero es dormir”.

 

Y con eso se aparecería otra vitrina de trabajo para el xalapeño, porque podría participar en el ciclo de la Universiada Nacional.

 

“Aunque conforme se acerca el ciclo Olímpico las carreras se juntan, pero sí pensábamos en eso, esperemos algún día”, agregó.

 

La economía

 

Grajales Valencia ganó su primer dinero cuando oscilaba entre los 11 y 12 años, según recordó.

 

“En una carrera atlética gané el primer lugar y me dieron 50 pesos. Andaba yo contentísimo con mis 50 pesos. Como triatleta fue cuando empecé en la categoría élite en Coatzacoalcos, tenía 15 años, quedé en quinto lugar y todavía me tocó premiación”, recordó.

 

En esa ocasión participaron gente de talla internacional como Javier El Toro Rosas y Eligio Cervantes, entre otros.

 

“Me tocaron como dos mil 800 pesos, y luego a comprar ropa. A esa edad no piensas en ahorrar; te dicen, pero no haces caso”, reveló. Su PAG-22-SAM_0037primer patrocinador fue una marca de bicicletas, pero confesó que más allá de la emoción de ese logro, lo que sintió fue más presión.

 

“Como eres nuevo en esto y te cae un patrocinador lo primero que piensas es: ‘¿y si la riego? ¿Y si no me va bien y si me quitan el patrocinio?’. Sí sentí miedo al principio.

 

“Y como estás chavo te llega el contrato como de 800 páginas y hay que firmar aquí y allá, pensé que le vendía el alma al diablo (risas)”, aseveró.

 

Crisanto recordó que en algunas competencias, al llegar a la meta, le han colocado toallas o gorras de marcas que no son las que le patrocinan, lo que rápida y discretamente se los tiene que quitar.

 

“Piensas que si te toman una foto con otra cosa (marca), ahora ya con experiencia sabes cómo se manejan los nervios”, mencionó. Rumbo al primer paso del Ciclo Olímpico, Crisanto se mantiene con calma y vive una emoción especial porque se trata de competir en casa, en Veracruz 2014.

 

Con el reto de estar en el primer evento de los Juegos que reparte medallas y la expectativa de subir a lo más alto del podio.

 

En cuanto a lo que es su responsabilidad para la justa regional, el xalapeño no duda en expresar tranquilidad.

 

“Aunque cuando paso por el estadio (Heriberto Jara Corona) y veo el reloj de cuánto falta, sí me pongo a pensar, pero me encuentro en buena forma en todos los sentidos”, aseguró.

 

Lo que sí, afirmó, que para esa mañana del 15 de noviembre venidero en el Malecón de Coatzacoalcos será un espectáculo diferente y confió en que mucha gente asista a apoyar a todo el equipo mexicano.

 

“Va a ser muy divertido, una carrera muy rápida a nivel del mar. No me presiona tanto el saber que son en casa, sí me motiva mucho el que van a estar mis padres ahí.

 

“Mi madre tiene mucho de no verme competir en vivo, al igual que mis amigos, me alegra eso y qué mejor si me ven en lo más alto”, confesó.

 

“Tendremos muchas Series Mundiales, que es lo máximo en el triatlón, y vamos a estar dos meses en Lugo (España) preparándonos para llegar en buena forma”, enfatizó el triatleta veracruzano.