Un licor es una bebida alcohólica dulce, a menudo con sabor a frutas, hierbas o especias, y licor naranjaalgunas veces con sabor a crema. Históricamente derivan de las hierbas medicinales, generalmente las preparadas por monjes, como los Benedictinos. Los licores fueron hechos en Italia desde el siglo XIII.

Algunos licores son preparados por infusión de ciertas maderas, frutas o flores, en agua o alcohol y añadiendo azúcar. Otras son hechas por destilación a partir de agentes aromáticos. La distinción entre licor y bebida alcohólica no es simple, especialmente porque en la actualidad muchas bebidas alcohólicas están disponibles con sabores dulces. El contenido de alcohol no es una característica distintiva, pues la mayoría de los licores tienen menos grados alcohólicos que las bebidas alcohólicas. Los licores pueden tomarse solos, durante o después del postre, o pueden ser usados en cocktails o en la cocina.

En Veracruz podemos encontrar licor de café con granos seleccionados de las regiones cafetaleras y un lento proceso. Lo que logra la perfecta dulzura y una singular creación con un  delicado aroma y sabor.

El licor de mora, Morita, tiene un color entre rojo y negro, y tan generoso como su color es su sabor afrutado y dulce. Licor representativo de Xico, Veracruz, así como el verde, licor hecho de hierbas de la región poderoso y delicioso digestivo.

También se puede encontrar el licor de vainilla, obtenido de las mejores vainas de vainilla encontradas en la región del Totonacapan, posee un sabor único y un delicado aroma para sorprender al paladar más refinado. Otro licor especial es el de nanche, fruto muy aromático y chagalapoli, una especie de mora silvestre que se da en Catemaco.

También en la zona de San Rafael con una fuerte influencia francesa de los migrantes ahí asentados, se elaboran vinos de naranja y toronja, así como licores de litchi, maracuyá y plátano entre los más solicitados.

Veracruz ofrece dentro de su gastronomía también esta amplia gama de opciones de aperitivos y digestivos preparados a base de frutas tropicales, herbales y productos netamente veracruzanos.

Los toritos veracruzanos

Son bebidas heladas tradicionales del estado de Veracruz, especialmente en el Sotavento, zona que va desde el Puerto hasta el sur de Alvarado, colindando con los Tuxtlas. Están hechos de alcohol de caña, que se produce igual en el estado y frutas naturales.

El nombre de torito se remonta a cuando los jornaleros de la cuenca azucarera veracruzana estaban muy cansados después de la jornada y hacían preparados de frutas para refrescarse, al cual le ponían un poquito de alcohol de caña. Al tomarse la bebida decían que se sentían fuertes y grandes como toros, y eso les daba el impulso para seguir trabajando. Con el pasar
de los años, esta bebida se ha perfeccionado y ha adquirido popularidad en Veracruz en donde se pueden probar toritos de diversos sabores que van desde frutas exóticas como la guanábana, jobo, nanche, coco, hasta extracto de café, cacahuate o nuez.

Es una bebida famosa por su exquisita dulzura, su consistencia cremosa y su suave, pero potente, toque de licor energético. Y es que su sabor dulce es bastante engañoso, las frutas y demás sabores, saben ocultar muy bien la presencia del alcohol de caña que se cuela en las venas. El entusiasta comensal podría acompañar los ricos platillos de la región con unos buenos toritos bien fríos, y todo estará bien mientras permanezca sentado… si se levanta, será bajo su propio riesgo.

Los Toritos son bebidas que difícilmente pueden conseguirse en otro lugar que no sea en Veracruz. Por eso, al probarlos se asocian con el horizonte del Papaloapan, con una noche tibia de luces tenues que acentúan el aire provinciano de Tlacotalpan. El torito es también el sabor de un paseo por el malecón en el puerto jarocho, y más de uno pensará acompañarlo con un delicioso arroz a la tumbada o unos ricos camarones enchipotlados.

Ingredientes

  • 1/2 lata de leche evaporada
  • 2 latas de leche condensada azucarada
  • 2 tazas de aguardiente o alcohol de caña
  • 1 taza de café extra fuerte
  • Hielo finamente picado o granizado el necesario.

Preparación

En un recipiente se vierten las dos latas de leche condensada azucarada, la media lata de leche evaporada y la taza de café extra fuerte. Se mezclan para disolver e integrar la leche condensada perfectamente. Se añaden las dos tazas de aguardiente de caña y se guarda en el refrigerador o nevera hasta que esté bien frío. Se sirve en un vaso mediano ancho, mezclando con dos o tres cucharadas de hielo finamente picado o raspado. Rinde litri y medio aproximadamente.