241,048 km2 de tierras fértiles, dependientes de la cuenca del Río Nilo, en el corazón de África Oriental, conforman un Estado Nación llamado Uganda.

 

Uganda actualmente goza de un crecimiento económico debido en gran parte a grandes reformas en sectores estratégicos que rompieron con décadas de estancamiento. En 2008, su PIB creció un 7%, comparable con China. El territorio cuenta con reservas de petróleo y gas natural que potencialmente pueden hacer de este país una potencia regional. Por otro lado, el presidente Yoweri Museveni, quien ocupa el puesto desde 1986, confronta actualmente diversos riesgos de inseguridad por guerrillas nacionales y extranjeras, además de alarmantes índices de corrupción.

 

En la actualidad, existe una situación de riesgo para la estabilidad y el desarrollo social de Uganda, directamente relacionada a su situación de respeto a los derechos humanos más fundamentales. El 20 de diciembre de 2013 se aprobó y entró en vigor en marzo del presente año una ley titulada “Anti-Homosexuality Act of 2014”, cuyo objetivo es, como su nombre claramente lo establece, “prohibir cualquier forma de relaciones sexuales entre personas del mismo sexo; prohibir la promoción y reconocimiento de dichas relaciones y para proveer sobre otros asuntos relacionados”.

 

Dicha ley permite cadena perpetua si se comprueba una relación homosexual, persigue la “promoción” de dichas conductas, criminaliza a propietarios de “burdeles”, entre otras consideraciones que, por una redacción insuficiente, resultan arbitrarias y escasamente descritas.

 

El Estado declaró una política oficial de rechazo y persecución a la población homosexual de Uganda, quienes igualmente en el pasado vivían bajo un ambiente de hostigamiento. Durante los últimos meses, se han reportado despidos, rechazos a servicios de salud, diversos acosos y el linchamiento de una persona trans género. Según la organización Human Rights Watch y Amnistía Internacional, 17 personas han sido detenidas por delitos que persigue esta ley y muchos más han sido liberados sin cargos después de pagar sobornos.

 

Es importante tener en cuenta que Uganda no es el único país en el que la homosexualidad es perseguida por ley. En países musulmanes y diversos países africanos en los que los europeos (especialmente los británicos) difundieron sus leyes anti-homosexuales durante la época colonial, el hecho de mantener una relación amorosa con alguien del mismo sexo puede ser penado con cadena perpetua o la pena capital.

 

*Fuente: The Economist (http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2013/12/daily-chart-15?fsrc=scn/tw/te/bl/ed/grimtobegay)

 

Un documental titulado “God Loves Uganda” apunta a la responsabilidad de iglesias evangelistas americanas con presencia permanente en África en el desarrollo de un discurso homofóbico en este país. Según el filme, la creciente influencia de grupos religiosos estadounidenses sobre las clases bajas en África ha sido fundamental en la actual legislación ugandesa.

 

El impacto de la entrada en vigor de la Ley Anti-Homosexualidad de 2014 de Uganda ha tenido repercusiones de gran escala en sus relaciones exteriores. El presidente Barack Obama anunció que las relaciones entre los dos países se vieron afectadas con esta legislación. Específicamente, el presidente de Estados Unidos anunció sanciones económicas, reducciones en su cooperación financiera a diversas instituciones ugandesas, cancelación de ejercicios de capacitación militar y limitaciones de visado.

 

La decisión de Obama de demostrar una actitud de intolerancia ante la legislación represiva en Uganda puede tener graves consecuencias sobre la economía y las tasas de desarrollo del país africano. Uganda atraviesa una complicada situación de seguridad al intentar controlar a guerrillas como la Lord’s Resistance Army, liderada por Joseph Kony, en donde la capacitación logística y tecnológica por parte del ejército de Estados Unidos resulta esencial.

 

Si bien la economía ugandesa no solamente depende de los fondos de cooperación estadounidenses, es probable que los indicadores económicos indiquen bajas a finales de este año que se relacionen con la aprobación de la ley en cuestión.

 

Es primordial contemplar y respetar principios culturales y religiosos que limiten las relaciones del mismo género. No obstante, los organismos internacionales deben de hacer un mayor esfuerzo por evitar que se creen nuevas leyes como la de Uganda con la base de protección de los derechos humanos y de evitar un rezago en las relaciones con naciones de legislaciones más liberales.

 

Las condiciones de subdesarrollo en Uganda siguen siendo preocupantes y no es exagerado señalar un vínculo directo entre herramientas legislativas que persigan comportamientos que están contemplados como derechos humanos con el rezago económico y social de una nación.

 

Link al texto íntegro de la Anti-Homosexuality Act of 2014 aquí: