QUITO. Algunos de los mandatarios mueren de ganas por asistir al Mundial; unos no irán porque sus respectivas selecciones no calificaron para la fase final, aunque la excepción la hará Evo Morales, quien ya confirmó su presencia en el juego inaugural; otros tienen demasiados problemas locales paras pensar en futbol, como es el caso del español Mariano Rajoy, pendiente en la sucesión del monarca Juan Carlos, intentando gestionar el impulso separatista de Cataluña y finiquitando la crisis económica; y otros, como el ecuatoriano, Rafael Correa, se inventan algunas excusas para no dar mala nota en su país.

 

El presidente Rafael Correa señaló que su presencia en la inauguración del Mundial de fútbol en Brasil será también una muestra de apoyo a su colega de esa nación suramericana, Dilma Rousseff.

 

“El próximo jueves 12 de junio estaré en Sao Paulo viendo la inauguración del Mundial de fútbol”, dijo Correa en su informe semanal de labores en el que señaló que Rousseff le invitó a ese evento.

 

“También es una muestra de apoyo a Dilma”, señaló el jefe de Estado al señalar que las recientes protestas en Brasil le parecen “un poco injustas”, según dijo aclarando que no se quiere “meter en asuntos internos”.

 

En su opinión, “nunca ha estado tan bien Brasil” como en estos años con el Partido de los Trabajadores, pero consideró que “son víctimas de su propio éxito porque se ha generado una clase media que cada vez exige más y ya no cuantitativamente, cualitativamente”, dijo.

 

En su opinión, en Brasil se exige mejores escuelas, carreteras, salud “y ese avance cualitativo siempre es más complicado”, indicó.
“Lo que sí, con todo respeto y como aficionado del futbol, lo que sí nos inquieta es que aprovecharon el Mundial para hacerse notar con esas protestas y han creado mucha incertidumbre. Entonces también es un respaldo pues a nuestra compañera Dilma Rousseff”, comentó el gobernante.

 

Por su parte, el mandatario uruguayo José Mujica no tuvo mayor problema por aceptar la invitación que le hizo la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, para asistir al partido inaugural entre las selecciones de Brasil y Croacia. Tampoco lo tuvo Evo Morales ya que, los bolivianos saben que para el mandatario el futbol es su pasión. Las críticas que le harán por asistir al partido inaugural serán pocas.

 

Angela Merkel sabe que la selección alemana, como sucede en todos los mundiales, tiene elevada probabilidad de conquistar el título, y por ello, no desperdiciará la oportunidad para que los alemanes la vinculen con un torneo exitoso del deporte más popular en la región germana.

 

Obama tiene demasiados problemas pero enviará a su vicepresidente, Joe Biden, quien no esconde sus preferencias deportivas por el futbol.

 

Ban Ki-moon, el secretario general de la Organización de las naciones Unidas (ONU), también asistirá el jueves al partido inaugural; pocos puestos como el que él ocupa tiene rasgos globales como el que tiene el Mundial. Hay que recordar que la FIFA tiene más afiliados que la ONU, 209 frente a 193.