Atención: el siguiente texto carece de los componentes deportivo y espectáculo; se hace explícita la advertencia para evitar el desánimo, arrepentimiento o depresión post lectura. No hay nada más deprimente para un columnista que ver a los lectores abandonar el texto por los motivos ya mencionados.

 

Ahora sí, inicio.

 

El genotipo Beckham encarnó en Cristiano Ronaldo. Los rasgos del futbolista global tienen que ser compatibles con los de los protagonistas del mundo Dior. También sabemos que en la atmósfera de los videojuegos ocurren los mejores encuentros entre la realidad y la virtualidad; ambigüedad ambiental porque tampoco sabemos si se trata de un juego utópico o distópico.

 

Ayer, al estar analizando la visita del presidente Peña Nieto a Portugal en el estudio de televisión El Financiero/Bloomberg, Carlos Mota, a través de Twitter, lanzó una pregunta al teleauditorio: ¿Qué se espera de la visita de @EPN a Portugal?

 

Las respuestas de muchos tuiteros apuntaron hacia el escenario que domina Ronaldo: el futbol; prueba fehaciente de que en los niveles de asociación jugador-país subyace la diplomacia del futbol. Así lo entendieron también los presidentes Aníbal Cavaco y Enrique Peña cuando, en rueda de prensa en el Palacio de Belém (residencia presidencial) en Lisboa, ambos se desearon los mejores éxitos para las selecciones portuguesa y mexicana que hoy por la noche se enfrentarán.

 

Lo que Cavaco no se atrevió a revelar a Peña Nieto fue el gesto diplomático que tendrá el canciller de su selección, Paulo Bento (entrenador), de no alinear a Cristiano ni a Pepe ni a Meireles, el trío diabólico del equipo, con miras de detonar el buen humor de El Piojo.

 

Pero Portugal es mucho más que Ronaldo. Hizo bien el canciller Meade en desdoblar la estrategia en la Unión Europea. Las cifras lo revelan. Entre los primeros seis socios comerciales que tiene México en la Unión Europea no se encuentra Portugal. Del uno al seis tenemos como resultante la cantidad de 50 mil millones de dólares anuales. En efecto. Es Alemania el principal socio con 17 mil millones de dólares de comercio; después España con 11 mil 500 millones y detrás se encuentran Italia, Países Bajos, Francia y Gran Bretaña. México, sólo con Alemania y España, tiene 57% del comercio entre el top-6 de la UE.

 

Portugal se encuentra en el número 16 en la lista de comercio mexicano. No tendría que estar en ese sitio. Las sinergias peninsulares ibéricas tendrían que detonar mejores cifras que los 700 millones de dólares. Algo sucedió en el pasado mexicano que se dejó de alimentar los vínculos con Portugal.

 

Meade reviró el escenario el año pasado al desdoblar la estrategia con el bloque de la Unión Europea. Con mano amiga, cuidó los detalles de la visita que hizo a México el primer ministro Passos Coelho en octubre pasado.

 

La cultura, como suele suceder en la diplomacia, fue uno de los polos de atracción entre las naciones. La estrategia de Meade esbozó la lógica de las economías de escala: si España es el segundo en la lista del top-6 UE, potenciar la relación con Portugal generará resultados crecientes en la relación de México con la península ibérica. El miércoles, un día antes de que el Presidente mexicano iniciara la visita de Estado en Portugal, el presidente Rajoy y el primer ministro Passos Coelho celebraron su acostumbrada cumbre bilateral. En ella acordaron dos enormes proyectos: energéticos y conexión ferroviaria. No necesariamente se trata de un efecto entrópico, pero los nodos peninsulares pueden impactar positivamente el comercio mexicano.

 

Empresarios portugueses aterrizarán en la costa de Nayarit con un atractivo desarrollo turístico con el que demostrarán lo bien que lo hacen en Lisboa, Oporto, Coímbra o Sintra. En México, entre europeos, sólo los hoteleros gallegos han desarrollado raíces en el sector; ahora a los portugueses les toca su turno. Lo mismo con el desarrollo de tabletas para estudiantes de primaria, o qué decir del parque de energía eólica que desarrollarán en Coahuila.

 

El potencial de inversiones mexicanas en Portugal es altísimo. A diferencia de España, con quien la balanza comercial es doblemente superavitaria, con Portugal, México compra más de lo que le vende.

 

En fin, México-Portugal vía Ronaldo no podrá verse esta noche. Una vez iniciado el Mundial, la diplomacia del “canciller” Paulo Bento terminará. Su dilema es alinear a Ronaldo frente a Ghana en el Mundial. Por lo pronto, un brujo del país africano se encuentra en meditación permanente, vía vudú, para prolongar la molestia que tiene Ronaldo en uno de sus tendones rotulianos. Hoy, al menos el embrujo tendrá que ser agradecido por El Piojo Herrera, pero sobre todo, por su hija tuitera, La Piojita.